martes, 6 de septiembre de 2011

Entrevista con Fernando de Artacho, autor de "La Segunda Bandera" (tomado de diarioya.es)


Diario YA- Fernando de Artacho, abogado e historiador de prolífica actividad editorial, acaba de publicar “La segunda bandera” (Ed. Guadalturia ediciones); una obra dedicada a estudiar la actuación de los voluntarios falangistas sevillanos enrolados en esa bandera al mando del comandante Pérez-Blázquez. La actuación de estos milicianos falangistas, en minoría de 1 a 9 frente al ejército de la República, fue determinante en el desenlace de la Batalla de Brunete y, a la postre, de la última Guerra Civil española.

Diario Ya. Vd. Acaba de publicar un libro sobre los milicianos falangistas de la Segunda Bandera de Sevilla ¿es de los que piensan que convocar elecciones el 20-N es pura casualidad?

Fernando de Artacho. No es una fecha elegida al azar, opino que su significado pretende ir más allá. Los símbolos pueden movilizar a personas en sentidos muy diferentes. Aunque no creo que, con las gravísimas carencias que estamos sufriendo todos los españoles por la nefasta gestión pública de los gobiernos Zapatero, ese caprichoso “detalle” vaya a pesar en algún sentido

Ya. Con más de veinte libros a sus espaldas y notable éxito escribiendo sobre el siglo de oro, ahora hace una incursión en la Guerra Civil analizando una acción crucial de los voluntarios falangistas; ¿busca la provocación?

FdA. En absoluto, busco exponer la verdad, analizo hechos irrefutables de la época y cuento una hazaña militar desconocida, que cambió el rumbo de la Batalla de Brunete, y, por ello, de la Guerra Civil. Quien lea el libro verá como ensalzo la valentía de los que lucharon por unos ideales, a la vez que deploro la espuria actuación de algunos “camaradas” de retaguardia que nunca pisaron el frente. Tampoco es mi primera incursión sobre la Guerra Civil, la segunda novela que escribí, “Las dos verdades”, tenía como fondo la contienda del 36.

Ya. ¿Cómo cree Vd que ve un jovencito JASP de las Nuevas Generaciones del PP el comportamiento del comandante Pérez-Blázquez, protagonista de su libro?

FdA. Salvo excepciones, ni están preparados para comprenderlo, ni lo entenderían. La sociedad de hoy no educa en la sobriedad, y menos en el sacrificio, más si en ello pude ir la vida propia. El hedonismo, el exigir los derechos huyendo de las obligaciones, la falta de interés por el conocimiento, llevan a una actitud de egoísmo y desidia que solo intentan atenuar buscando el placer inmediato en todos los terrenos. Ello justifica que sea difícil entender hechos que, a lo largo de siglos, hicieron de España un Imperio.

Ya. Vd. No se corta al escribir sobre la heroicidad y la mezquindad del frente ¿resulta ponderado poner al general Varela ejemplificando lo segundo?

FdA. No hay duda alguna que el general Varela fue un gran militar, tampoco que fue un acérrimo enemigo declarado de la Falange. Pueden existir personas serias que cometan errores, lo que necesariamente no les lleva a convertirse en mezquinos; un hecho en sí puede ser mezquino, pero ello no califica a la persona en su totalidad. Sin embargo, en este caso cometió una gran injusticia a sabiendas, pues él mismo declaró -entre otros muchos expertos militares de ambos bandos- que la resistencia de Villanueva de la Cañada fue la clave para ganar la batalla. Sólo me remito a los hechos tal como fueron, la batalla, la hazaña de los sevillanos y la conocía la postura de Varela contra la Falange, que negó la Laureada a quien le hizo ganar esa batalla. Son datos irrefutables.

Ya. En la correspondencia epistolar con su familia que Vd desvela, el comandante falangista reivindica un tipo de política social que debió asustar mucho a los conservadores de la época ¿se imagina hoy al joven Pérez-Blázquez en una acampada del 15-M o de voluntario en la próxima JMJ?

FdA. Creo que inquietaría más a los conservadores de la época que hoy calificaríamos como la derecha más liberal, pues los conservadores católicos tenían muy presente la preocupación por la situación social. El comandarte era un fervoroso católico, sería de los primeros en estar junto a S.S. el Papa. Si con catorce años rompía con su sable la capa de hielo que cubría el agua del lavabo de la Academia Militar, a las seis de la mañana, para el aseo, creo que no tendría inconveniente alguno en estar en cualquier acampada por muy dura que fuese.

Ya. Benedicto XVI ha animado a los profesores universitarios a buscar la Verdad con humildad. Entre quienes se ocupan de la Historia Contemporánea española, ¿cuánto hay de investigación sectaria y cuánto de rigurosidad?

FdA. Salvo honrosas excepciones, el sectarismo se plantea en los historiadores que dependen del “pesebre”, la mayoría con puestos conseguidos por la militancia política o por la complacencia en la Historia que desea reescribir o reinventar el Gobierno. Creo recordar que hace años leí en Ricardo de la Cierva lo que él calificaba como el “frentepopulismo de la cultura”, profesores que en cordadas afines de ideologías políticas se habían apoyado y subido académicamente, pero ese peaje siempre hay que pagarlo, y ahora vemos las consecuencias en los enseñantes y en la enseñanza.
Presentación del libro en el Ateneo Sevillano

Ya. Vistos precedentes como “Amar en tiempos revueltos” o “La República”, ¿aceptaría Vd escribir un guión para una serie de la época en TVE 1?

FdA. Sí, siempre que se aceptara la verdad objetiva, sin manipulaciones, ni tergiversaciones o engaños, sin quitar una sola coma del guión presentado; pero hoy por hoy, eso es más que una quimera. 

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