martes, 31 de julio de 2012

La estupidez del "páramo cultural" desmantelada por Aquilino Duque


Aquilino Duque


 Los nombres propios del supuesto "páramo cultural" de la postguerra
Carmelo López-Arias

La idea de que durante el régimen de Franco España habría vivido en un "páramo cultural" cuajó en la Transición, a pesar de que era absurda y contradecía la experiencia personal de millones de españoles. Pero era útil a la izquierda y lo sigue siendo, no sólo por denigrar al "régimen anterior", sino porque convertía en tótem a unos escritores (los del exilio) y menguaba el valor de otros (los de dentro).

No hay muchos que osen desmontar esa tramoya, tan cómoda para todos. Aquilino Duque, Premio Nacional de Literatura y finalista del Premio Nadal (autor él mismo de obras maestras como El mono azul o Mano en candela), sí. Porque además es de los pocos lectores auténticamente desprejuiciados ante ámbitos literarios tan distantes. Joven en los años cincuenta y sesenta, residente largas temporadas en Europa, le tentó primero el virus contestatario, trató personalmente a casi todos los ilustres del exilio, y gozó con su literatura (lo mejor de ella –por cierto- escrita antes de 1936).

Nombres señeros...

Pero eso no significaba despreciar nombres como los que incluye en Memoria y ficción en las letras españolas de trasguerra (CEU): José María Pemán, Ramón Gómez de la Serna, Wenceslao Fernández Flórez, Vicente Risco, Lorenzo Villalonga, Rafael Sánchez Mazas... Ellos y otros muchos dieron tono a las dos décadas posteriores a la guerra, y desde luego ese tono no fue gris, sino vivo en todos los colores de la paleta, como muestran las glosas, interpretaciones, e incluso dimes y diretes de estos genios (y de sus amigos y adversarios y referentes...) recogidos en estas páginas.

En torno a esos focos de atención, y conforme al talento peculiar de Aquilino Duque para mostrar la coralidad de la vida real (el trasiego de conocidos, la interrelación entre los escritos, las referencias cruzadas), contemplamos la historia literaria de la España de postguerra, con valoraciones certeras del autor -casi nunca conformes al diktat de la izquierda caviar- sobre obras y autores.

...y una buena guía de obras maestras

El bosque animado de Fernández Florez es, por ejemplo, "uno de los mejores libros de prosa, sino el mejor, de la segunda mitad de siglo". La familia de Pascual Duarte, Viaje a la Alcarria y La colmena, de Camilo José Cela, "obras sólidas y envidiables". También recuerda que en los años sesenta, cuando surgió la gran narrativa hispanoamericana, la plataforma que le dio fama mundial fue Barcelona, que en aquella época llegó "a sustituir en actividad editorial a los grandes emporios que habían sido México y Buenos Aires". Vicente Risco, con La puerta de paja, contribuyó como lo harían el mismo Fernández Flórez o Álvaro Cunqueiro a reaccionar "contra el deprimente realismo dominante en la Península". También se sumó a esa "literatura antidepresiva" Rafael Sánchez Mazas con La vida nueva de Pedrito de Andía, una literatura costumbrista hecha "para alegrar la vida, distraer y divertir", y que por tanto sentó muy mal a quienes no soportaban evocar el pasado –la infancia del protagonista, en este caso- "si no es para ensañarse con él". Y ahí está también Lorenzo Villalonga con su Bearn o La Sala de las Muñecas, mal vista en su momento por la progresía por ser su autor "aristócrata, católico y falangista", pero una obra sobre la que aún se medita y se interpreta.

En toda esta panorámica de la floreciente literatura española de esos veinte años, Aquilino Duque aprovecha para valorar lo que otros críticos desprecian, desde esa literatura que, en vez de hundir la moral del lector, le reconcilia con la vida, hasta la conexión popular de la que gozaba, por ejemplo, José María Pemán, tan envidiada por sus censores en la izquierda.

Con todo, lo más bonito de esta obra de Duque es que enamora al lector de los libros de los que habla, incluso de los que apenas menciona de pasada, de estos autores o de otros. Un buen consejo es ir apuntando las novelas que aquí aparecen, e ir leyendo las que uno desconozca y releyendo las ya visitadas. Al final de ese ejercicio, a uno no le cuelan ya la milonga del "páramo".


viernes, 27 de julio de 2012

Las verdades del barquero sobre la burbuja, por Sánchez Saus



Rafael Sánchez Saus

Lo que está pasando

Rafael Sanchez Saus 

JUAN Ramón Rallo es un economista todavía veinteañero al que, quizá porque su juventud le preserva de viejos vicios del gremio, se le entiende todo. A él se debe, en entrevista publicada en la página de Intereconomía, la que me parece más clara explicación de lo que ha pasado y nos pasa: "La situación actual de España es fruto de tres burbujas que fueron gestándose de manera sucesiva. La primera fue la burbuja financiera, creada por el sistema bancario europeo. La burbuja financiera rebajó artificialmente los tipos de interés en la economía, propiciando un sobreendeudamiento de familias y empresas para adquirir y construir viviendas, lo que generó la burbuja inmobiliaria: la economía española fue escorándose cada vez más hacia el ladrillo, concentrando en ese sector gran parte de su capacidad productiva. Y, por último, los ingresos fiscales extraordinarios a que dio lugar la burbuja inmobiliaria engendraron la burbuja del sector público: los políticos comenzaron a gastar sin freno toda esa milmillonaria recaudación tributaria extraordinaria y no recurrente, consolidando un nivel de gastos que años después se mostraría insostenible. Hoy las tres burbujas han pinchado, pero tanto banqueros, como promotores y políticos tratan de trasladarles al resto de ciudadanos y empresas eficientes el coste de sus errores".

Los datos sobre la génesis de la deuda española avalan esa secuencia. En este momento debemos 3,14 billones de euros, un insostenible 292% del PIB. En 2004, era de 1,8 billones y ahí empieza la carrera hacia el precipicio. En muy poco años los particulares, empresas y familias, aumentaron espectacularmente su endeudamiento, que en 2008 llegó a 2,38 billones, aunque desde entonces ha disminuido algo. Sin embargo, las administraciones públicas, cuyos débitos alcanzaban 0,43 billones en 2007, han alcanzado en 2012 los 855.000 millones, casi justamente el doble. Es decir, han recurrido al endeudamiento masivo para hacer frente a la caída de ingresos que la crisis ha provocado.

El grave error de Mariano Rajoy, económico y político, está siendo no afrontar la reconversión del Estado a que estas cifras obligan y confiarlo todo a la capacidad de sacrificio de las clases medias. Pero en un país en el que, según un reciente informe no oficial, pudiera haber más de 445.000 cargos públicos de muy diversa índole, más del doble que en Alemania, ningún sacrificio servirá para nada sin el desmontaje del aparato clientelar de los partidos, instalado en las Administraciones. Y es evidente que don Mariano no está en ello.


 http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1315780/lo/esta/pasando.html#.UBDknhDEcyI.gmail

lunes, 23 de julio de 2012

Recordando a José María Pemán


No hay virtud más eminente

que el hacer sencillamente

lo que tenemos que hacer…
J.M.Pemán


EL 1 de Mayo de 1948 el periódico La Nación decía que se encontraba en Buenos Aires el académico José María Pemán y que venía a continuar lo que en 1941 comenzó: presentar España.

Venía para asistir al estreno de algunas de sus comedias y a pronunciar conferencias donde se las habían pedido. La prensa decía que sus últimas comedias eran La Verdad, Vendimia y La Casa, todas dirigidas e interpretada por Lola Membrives.

En una entrevista que le hizo Jaime Potenze para el periódico Criterio contestó que ninguna conversación sobre teatro contemporáneo escrito en España estaba completa si no se nombraba a estos tres personajes: Jacinto Benavente, Eduardo Marquina y José María Pemán.

Un bailaor gaditano de La Línea de la Concepción ha entregado días pasados un obsequio al subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del gobierno argentino que preside Mauricio Macri. Durante muchos años han estado las banderas de Argentina y España en la casa donde vivió hasta su fallecimiento el ilustre poeta y escritor José María Pemán.

He aprovechado ahora que se celebran días dedicados a Hispanoamérica para recordar a este escritor que llevó el nombre de Cádiz y que protagonizó en aquellos días la lengua y el idioma en la Real Academia Argentina.

De las conferencias -que fueron todas maravillosas y que se guardan en los archivos pemanianos-, al menos quiero dar a conocer los títulos: Panorama de España y del mundo, Hacia una nueva cristiandad, Pensamiento y poesía de San Juan de la Cruz, La cuarta salida de Don Quijote y La mujer y la familia en el mundo español.

Hemos recordado a José María Pemán, quien hace mas de treinta años falleció un 19 de julio, y debemos recordar su persona y sus escritos.

…no siento ambiciones, ánsias ni desvelo

quiero solamente vivir y cantar,

¡es tan puro y simple todo cuanto anhelo

que cabe en mí mismo, como cabe el Cielo!




 
 
http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/1310091/recordando/jose/maria/peman.html
 

Vuelven los toros a Bilbao, por Pablo Martínez Zarracina

BILBAO AL FONDO

Último tercio

Vuelven los toros a Bilbao con su peculiar parafernalia: clarines, timbales, abanicos, olés, antitaurinos


Último tercio
Plaza de toros de Vista Alegre

Vuelven los toros a Bilbao y saca uno su entrada con una mezcla de estupor y melancolía, sin saber muy bien qué razones le devuelven a Vista-Alegre, pero sin dejar al mismo tiempo de mirar hacia el cielo, intentando descifrar en las nubes lejanas si cambiará el clima, si habrá viento el sábado, si se le complicarán las cosas a Fandiño. «Que tenga suerte ese torero», murmura uno para sí, ya de vuelta, mientras guarda los tickets en la chaqueta, enfilando General Concha. Es entonces cuando regresa el ruido blanco cerebral: las íntimas disquisiciones pesimistas.
Porque lo cierto es que ha ido uno perdiendo mucho del entusiasmo taurófilo que distinguió su juventud. Fueron aquellos unos años en los que la pasión se manifestaba aún exenta de ironía. Digan lo que digan, los jóvenes son una gente que se toma las cosas extraordinariamente en serio. Solo eso explica aquellos viajes minuciosamente planeados para ver las últimas tardes de Chenel. Y las peregrinaciones a Madrid para acampar en ‘Cock’ y ver a tal o cual torero en una de esas dos o tres citas en las que resultaba imprescindible verle.
Y qué decir de la lectura minuciosa de tantos libros, muchos de ellos del todo insalvables, pero algunos pocos sencillamente luminosos: descubrimientos de Chaves Nogales y Corrochano, la novelita aquella de Joaquín Vidal, el impecable ‘El toreo y las luces’ de Aquilino Duque. Y la lectura fascinada, inacabable, de aquella revista llamada ‘Quites’, que llegaba siempre con una viñeta de Ramón Gaya en la portada y en cuyas paginas convivían Manolo Vázquez y Rafael de Paula con Bergamín, Claudio Rodríguez, Brines o Ferlosio.
Sin embargo, qué lejos todo aquello. Miro ahora la zona de mi biblioteca dedicada a los libros de tema taurino y tengo la sensación de haberme dedicado en un tiempo lejano al estudio de una disciplina estrafalaria que he olvidado por completo. Incluso he olvidado los motivos que me empujaron al estudio de aquel saber quimérico. Abramos un volumen al azar por donde señala el marcapáginas: «Este espectáculo es ciertamente uno de los más hermosos del mundo si se considera, simplemente, como un regalo de la vista o como un esfuerzo de la valentía e infinita agilidad de los ejecutantes». Es Edward Clarke, un viajero inglés que asistió a una función de toros celebrada en la Plaza Mayor de Madrid en 1760... Etcétera.
Pese a todo, claro, sigue uno yendo de vez en cuando a los toros, y siente una lejana devoción por un par de matadores que están en activo, y de pronto, una tarde, una media verónica perfecta vuelve a dejar claro cuál es el sentido profundo de todo el espectáculo: la búsqueda de la inexplicable emoción estética. Pero aún así cada vez pesan más las tardes en que el espectáculo tiene mucho de estafa, y todos esos toreros gimnásticos y funcionariales, y los debates bizantinos entre taurinos y antitaurinos: augustos y clowns sobreactuados a los que alguien empuja a la pista central del debate público.
Es todo tan extraño que ni siquiera me sorprendo cuando pienso que lo más auténtico que creo encontrar en algunas tardes de toros son precisamente los antitaurinos, esa gente llena de fe y pintoresquismo que no compone grupos sino retablos. Sus pancartas llenas de sangre y espadas me recuerdan mucho a Solana y creo que sus mejores gritos podría firmarlos aquel aficionado inverso y problemático que fue Eugenio Noel. Yo creo que llegaré a ir a los toros solo para disfrutar de su presencia castiza en la puerta de la plaza. Ellos garantizan a su manera la supervivencia del espectáculo y quién sabe si incluso también la de la raza. 
 
 
 http://www.elcorreo.com/alava/20120615/mas-actualidad/cultura/plaza-toros-bilbao-fondo-201206141946.html
 

Recordemos Las Navas. Por Rafael Sánchez Saus

Recordemos Las Navas

Rafael Sánchez Saus

CON mucha más pena que gloria, en casi absoluto silencio, ha transcurrido la fecha del VIII centenario de la batalla de Las Navas de Tolosa, sin duda la más decisiva de todas cuantas se dieron a lo largo de la Reconquista y quizás una de las más trascendentes por sus consecuencias de toda la historia de España y de Europa. Una batalla que destruyó el poder del fanático imperio almohade, rompió definitivamente el inestable equilibrio entre cristianos y musulmanes en España, hizo posible la conquista castellana de Andalucía en las décadas siguientes y permitió la plena integración de la Península Ibérica en el marco geohistórico de la civilización occidental.

Pero es que la batalla de Las Navas, más allá de sus efectos hispánicos, se vivió como un acontecimiento de alcance mundial, en el que toda la cristiandad se sintió involucrada, sin duda porque el peligro que entonces se conjuró amenazaba a toda ella tras el ya inevitable fracaso de la aventura cruzada en Oriente. Tiempo después, cuando el poder turco, remontando el Danubio, llegó hasta las puertas de Viena, pudo apreciarse de nuevo el valor providencial de que el islam no pudiera contar con una base firme en España desde la que atenazar Europa.

¿Se salvó Europa, pues, en Las Navas? La superioridad de una civilización no se juega en una jornada, sino en el día tras día que acumula hallazgos, dinamismos intransferibles y valores nuevos. Pero antes es necesario que se haya garantizado el mundo en que deben desarrollarse. Sin Las Navas, España no habría sido plenamente Europa y ésta nunca hubiera respirado tranquila en su frontera sur. Y para qué hablar de Andalucía, que no hubiera dejado de ser un apéndice de los tiránicos poderes norteafricanos a los que desde el siglo XI estaba sometida.


Es penoso que todo esto se ignore o, peor aún, se oculte por un sentimiento vergonzante, ideologizado y torpemente oportunista de la propia historia. Sorprende una vez más la escasa sensibilidad del pueblo español y de las autoridades ante su pasado, el deseo inocultable de borrar la conciencia de qué somos, por qué lo somos y a qué lo debemos. No hubiera habido un futuro europeo para España en el caso de que los reyes unidos de Castilla, Aragón y Navarra, con ayuda de portugueses y franceses, hubieran fracasado aquel venturoso 16 de julio de 1212.

España no es Europa porque haya firmado unos tratados y pongamos una bandera azul en los balcones de los ayuntamientos, sino por días como el famoso lunes de Las Navas que, tan en solitario, quiero recordar en este Envío. 
 
 http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1310583/recordemos/las/navas.html

miércoles, 18 de julio de 2012

Lecturas al sol (IV)



En los prolegómenos de la guerra civil, un joven alto, de buena presencia y siempre impecablemente vestido comenzará a destacar con fuerza propia en el panorama político: José Antonio Primo de Rivera. Sus ideas, energía y carisma harán de él un líder en el que tantos se vieron reflejados y al que tantos amaron. Será precisamente a través de los enamorados ojos de Marián Acosta, la hija mayor de una distinguida familia madrileña, como veremos ascender a José Antonio de simple abogado a fundador de la Falange, así como su posterior encarcelamiento y muerte. Sin embargo, los estrechos vínculos de todos los miembros de la familia con José Antonio traerán trágicas consecuencias: el padre, don Antonio, un conocido defensor de la causa republicana, y José María, el vástago menor, serán cruelmente fusilados, mientras que Ignacio, un joven idealista que estará presente junto a Primo de Rivera en la gestación del partido, salvará la vida milagrosamente.
Amargado y resentido por la ejecución sumaria de su padre y hermano, por el cruel destino del país y por todo el sufrimiento generado, Ignacio solo encontrará consuelo en su hermana y en un joven y sacrificado sacerdote que le ayudará en su huida de España y que le hará recobrar la esperanza perdida en Dios: don Jose María Escrivá de Balaguer.

Volverá a reír la primavera es la historia de la familia Acosta y la de tantas otras familias españolas. En sus vicisitudes y sufrimientos veremos reflejado un gran fresco de la España en los años previos al estallido de la guerra, asistiremos a la ascensión y caída de una las personalidades más poderosas de la época y seremos testigos de una gran historia de amor solo sesgada por los dramáticos tintes del conflicto.

El autor

José Luis Olaizola

 

San Sebastián, 1927
José Luis Olaizola, natural de San Sebastián, ejerció la abogacía durante quince años. Su extensa carrera literaria ha sido reconocida con numerosos galardones, entre ellos el Premio Ateneo de Sevilla 1976 por su novela Planicio o el Premio Planeta 1983 por La guerra del general Escobar, considerada por Álvaro Mutis y Javier Cercas como la «mejor novela sobre la guerra civil española». En 1982 obtuvo el Premio Barco de Vapor por su novela Cucho, que traducida al francés ganó el Grand Prix de l'Académie des Lecteurs de París; en 1992 fue reconocido con el Prix Littéraire de Bourran, Burdeos, por su novela El cazador urbano, y en 1993 con el Premio de Prensa L´Oréal. La niña del arrozal, publicada por Ediciones Martínez Roca, obtuvo el  Premio Literario Troa «libros con valores».
Lleva publicados más de setenta libros de los más diversos géneros, de los que ha vendido más de dos millones de ejemplares. Desde hace treinta años se dedica profesionalmente a escribir libros y artículos, y a pronunciar conferencias.
Es fundador y presidente de la ONG Somos Uno, que lucha contra el drama de la prostitución infantil en Tailandia.

http://www.planetadelibros.com/volvera-a-reir-la-primavera-libro-67801.html

martes, 17 de julio de 2012

¡Larga vida al vino y al jamón! por Jesús Lainz

Ocho siglos de
vino y jamón

Hace unas semanas compartí tertulia televisiva en Sevilla con un representante del Partido Andalucista que sostenía que Andalucía es una nación por su acento, gastronomía, folclore y,sobre todo, por haber sido independiente de Castilla durante la Edad Media, lo que se refleja, según resumió, en el color «verde omeya »dela bandera autonómica. 
 
El buen hombre se llamaba Pedro y advirtió que tenía que salir disparado tras el programa pues su cofradía partía hacia el Rocío esa misma tarde. Aparte de lo insostenible de sus argumentos lingüísticos, históricos y folclóricos,que en cualquier país europeo menos aldeano que el nuestro provocarían el estupor y la carcajada, le señalé que se llamaba Pedro en vez de Mohamed, que hablaba la lengua de Cervantes en vez del árabe,que disfrutaba de
eso que se llama civilización occidental en vez de la musulmana, que iba a salir en peregrinación al Rocío en vez de a La Meca y que podía comer jamón y beber vino por que unos bárbaros cristianos norteños se  empeñaron en rechazar el progreso y la tolerancia que nos había regalado Tariq gracias al plebiscito de Guadalete.


Y porque dichos bárbaros cristianos, tras siglos de continuo batallar, infligieron al imperio almohade una tremenda y casi definitiva derrota un 16 de julio de hace 800 años en las Navas de Tolosa. Y todo eso nada tiene que ver con el verde omeya. Así que, desmemoriados españoles, aunque hoy resulte difícil comprender que España es algo más que un equipo de fútbol, dediquemos un pensamiento en honor de AlfonsoVIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho el Fuerte de Navarra por haber encabezado la carga final que, destrozando el palenque del Miramamolín, eclipsó para siempre la media luna en suelo español.
¡Y larga vida al vino y al jamón!

 
JESÚS LAINZ
ESCRITOR

lunes, 16 de julio de 2012

La delirante España de los chiringuitos locales retratada en el libro La Casta Autonómica





 Sandra Mir Mayor y Gabriel Cruz García
La casta autonómica
La delirante España de los chiringuitos locales

 ¿Qué es más barato? ¿Una ambulancia que recorra sesenta kilómetros o una que se
traslade a trescientos?
¿Sabe en qué pueblo salió elegido un concejal de Medio Ambiente condenado por
pirómano?
¿Puede liarse un policía autonómico a mamporros contra un policía nacional por
inspeccionar una pollería?
¿Es verdad que las abejas son diferentes en cada autonomía?
¿Se puede hablar de un trasvase sin mencionar la palabra trasvase?
¿Puede un pueblo parar un gran plan energético?
¿Cuál es el cargo en la administración con la carrera más fulgurante y el peor
expediente académico?
¿Cómo se suspende en Valencia un examen de sobresaliente?
¿Quién ha pagado un aeropuerto que sólo sirve para que los vecinos del pueblo entren
a pillar el wi-fi?
¿Qué comunidad compró un tren sin tener hechas las vías?
¿Cuál adquirió tantas mascarillas y guantes como para soportar la tercera guerra
mundial?
Consuma este libro con moderación porque le garantizamos que es el paseo más
surrealista a través de nuestra administración autonómica y local. Pese a que su ironía
le haga sonreír, es un dibujo riguroso de este país pintado con hechos reales.
Bienvenido a la realidad de nuestra casta autonómica, el lugar donde se tienen más o
menos derechos dependiendo de donde se haya nacido. 

Al finalizar su lectura, lo único
que le quedará por preguntarse será:

¿y yo, estoy dentro de este invento?

 

viernes, 13 de julio de 2012

"Antonio Machado nunca fue depurado", por Enrique Baltanás


Del excelente blog del poeta y escritor Enrique Baltanás rescatamos el siguiente artículo.

viernes, 16 de febrero de 2007


D. Antonio nunca fue depurado


Con fecha de 31 de diciembre de 1981, el Ministro de Educación, que lo era a la sazón Federico Mayor Zaragoza, publica en el BOE una Orden "por la que se rehabilita a D. Antonio Machado Ruiz como Catedrático de Instituto".
La Orden ministerial del 81 es una completa falacia, porque no se puede rehabilitar a quien nunca fue inhabilitado.
Es cierto que a D. Antonio se le incoó un expediente, al amparo de la Ley de Responsabilidades Políticas. Y es cierto también que la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración informó favorablemente el 7 de julio de 1941 sobre la propuesta de separación definitiva del servicio y baja en el escalafón de Catedráticos de Institutos de Enseñanza Media.
Pero cuando esta propuesta llegó al ministro, que lo era entonces José Ibáñez Martín (el mismo que, pocos años después, presidiría el sepelio de Manuel Machado), y que era quien debía firmarla... el ministró no la firmó y, sencillamente, mandó que se archivara.
¿Por qué se archivó la propuesta?
Que cada cual piense lo que quiera, pero yo me permito recordar que ya Dionisio Ridruejo había publicado en noviembre de 1940, en la revista Escorial (que dependía del Ministerio de Ibáñez Martín), su artículo "El poeta rescatado", que un año más tarde se convertiría en el Prólogo a las Poesías completas del sevillano. Prólogo, afirmaba allí Ridruejo, "para el libro de un poeta que sirvió frente a mí en el campo contrario."
Recordemos también que por esas fechas era Manuel Machado uno de los intelectuales más prestigiosos de la España nacional.
Desde luego, si Ibáñez Martín hubiese firmado la orden, habría incurrido no sólo en un solemne disparate ("depurar" a un fallecido) sino en un caso de flagrante esquizofrenia en la política cultural del Régimen.
(Por cierto, Francisco Machado, funcionario de prisiones, tampoco fue nunca depurado, y sirvió en las prisiones de Franco lo mismo que antes en las de la República).

jueves, 12 de julio de 2012

Gibraltar como problema actual por Juan Velarde


El decano 2012-07-03

Gibraltar como problema actual

"Como dice Ayllón, "nuestro país es el principal perjudicado por la existencia de más de 20.000 sociedades... bastantes de las cuales operan en España, eludiendo así el pago de impuestos a las arcas españolas".

A partir de la Edad Media, y sobre todo cuando se consolidaron los Estados modernos, desde comienzos de la Edad Moderna, Europa vivió una etapa de confrontaciones políticas, normalmente bélicas, entre unos y otros. Dentro de esa situación, la presencia de ciertas posiciones estratégicas pasaba a tener un valor extraordinario. Eso es lo que atinó a ver Gran Bretaña con Gibraltar en el Tratado de Utrecht. Esta situación perduró hasta la II Guerra Mundial. Gibraltar, por supuesto, era además un foco de contrabando para España, en ocasiones vinculado con realidades como el bandolerismo andaluz, lo que sirvió para asentar en el Peñón, en relación con este asunto, a inmigrantes procedentes de lugares variadísimos. Naturalmente, la idea en ellos de que desapareciese la situación colonial era considerada como algo que debía rechazarse.
Esta doble unión comenzó a hundirse con la Guerra Fría. Estos Unidos, aliado simultáneamente del Reino Unido y de España, pasaba a considerar a Gibraltar como un complemento de Rota y otras facilidades de nuestro país. Fue el momento en que Castiella decidió presionar para lograr la devolución de la Roca, y el cierre de la frontera junto con el aditamento de planes de desarrollo del Campo de Gibraltar.
La reacción británica, basada en estudios econométricos por cierto, fue convertir a Gibraltar en un paraíso financiero. En el trabajo de Luis Ayllón, publicado en ABC el 12 de junio de 2012, "El Peñón niega a la UE datos de empresas radicadas en la colonia. La actividad de más de 20.000 sociedades que no pagan impuestos, perjudica a España", se expone, por ejemplo, que el 1 de junio de 2012 España denunció ante la Dirección General de la Competencia de la Comisión Europea el nuevo régimen fiscal de la colonia, que entró en vigor el 1 de enero de 2011. Por otro lado, este sistema se entrelaza de tal modo con los habitantes gibraltareños, que de ningún modo están dispuestos –y en eso se basa el Reino Unidos cuando habla de que hay que respetar la voluntad de los habitantes de la colonia ante su futuro político– a pasar a otra situación jurídica. Como dice Ayllón, "nuestro país es el principal perjudicado por la existencia de más de 20.000 sociedades... bastantes de las cuales operan en España, eludiendo así el pago de impuestos a las arcas españolas". Por su parte, Manuel Trigo Chacón, en su artículo "Gibraltar y la soberanía marítima", aparecido en El Mundo el 12 de junio de 2012, señala que deben quedar limitadas "las ventajas que tiene Gibraltar como paraíso fiscal, donde unas 70.000 empresas hacen transacciones inmobiliarias en toda Andalucía sin pagar impuestos a España. Así, la mayoría de las mansiones de la Costa del Sol pertenecen a sociedades registradas en Gibraltar de acuerdo con la ley fiscal de 1987, copiada de la de Panamá de 1930".
Naturalmente, esto se refuerza por parte británica con la polémica de las 15 millas, con la ampliación, vinculada a la Costa del Sol, de posibilidades turísticas y con el polémico aeropuerto. De paso, se complican las posibilidades de expansión económica de la bahía de Algeciras. No se trata, pues, de una herencia de un nacionalismo superado el reivindicar Gibraltar, sino de la búsqueda de la liquidación de un freno al desarrollo regional, y al español en su conjunto.

lunes, 9 de julio de 2012

En la hora del adiós a Gustavo Pérez Puig

GUSTAVO PEREZ PUIG

Por Lorenzo García.
Por estas fechas (verano de 1971), ahora se cumplen cuarenta y un años,  atravesé las lomas de la Casa de Campo madrileña en aquel venerable autobús japonés  del PMM, hacia los estudios centrales de  TVE, enclavados en el famoso Prado del Rey, junto al regimiento de redes y transmisiones. (Mas tarde supe que desde allí se controlaban los movimientos de los submarinos del Estrecho).
Había permanecido  casi cuatro años en la nueva escuela oficial de RTV (gracias al dinamismo cultural de Manuel Fraga) que quiso ser lo que había representado la venerable  Escuela Oficial  de Cine de Sáenz de Heredia. Al menos estuvieron ubicadas en le mismo edificio de la Dehesa de la Villa. Dado mi modesto currículo, tuve la inmensa suerte de ser destinado como programador a la Dirección de la Segunda Cadena, primero en la sección  de programas “específicos y varios” (como adjunto a  Manene) e inmediatamente al departamento de dramáticos. Eran los últimos meses de la gestión de Adolfo Suarez como Director general de RTVE.
En aquel entonces  conocí a Gustavo y fue precisamente durante la grabación aquel año de la obra  para  tv y teatro destinada a Estudio1: Doce  hombres sin piedad. Conservo el libreto original con la traducción de Mara Recatero y la adaptación de Gustavo. Era la época en que estaban en la producción de la Primera  Cadena: Fortunato Bernal, Pepe Borras y Salvador Augusti. José María Rincón (gran experto teatral que se sabía El Quijote de memoria) elegía autores  y supervisaba los guiones. En esa etapa yo le ayudaba en esa labor. Por aquel Departamento  pasaban entonces  las mejores plumas españolas  sin distinción ideológica alguna: Buero Vallejo, Tono, López  Sancho, Rafael García Serrano, López Yubero, Antonio Gala, López Rubio, Víctor Ruiz Iriarte, Álvaro de Laiglesia, Antonio Paso, Armiñan, Jaime Salón,  Isaac Montero, Juan Tébar, Marcial Suarez…
También estaban allí los realizadores de prestigio (entonces no eran de plantilla), dotados  de marchamo creativo y progresista (Paco Abad, G. Vergel, Pedro Amalio López , Alfredo Castellón, Pilar Miró….). Gustavo no estaba en ese grupo de élite social comunista. Él procedía de la cantera del teatro universitario (TEU, cuyo primer director madrileño fue MODESTO HIGUERAS y mas tarde JOSE TAMAYO en Granada) .Gustavo  dirigió el T.P.U. –Teatro Popular Universitario-.   Todos ellos al amparo  del SEU (SINDICATO oficial  de los estudiantes FALANGISTAS) y cuya cosecha minoritaria se realizaba en los inolvidables Colegios Mayores.
Allí se montaron y exhibieron piezas modernas y conflictivas  de ALFONSO SASTRE: Escuadra hacia la muerte (Teatro María Guerrero.1953), Cargamento de sueños (TPU. 1948), Muerte en el barrio (TEU de CM Franco.1959). Se montó a Mihura, Jardiel, Ibsen, Ionesco,  O’Neill, Miller, Dürrenmatt… y por supuesto a los clásicos españoles y universales: Lope, Zorrilla, Calderón, Cervantes, Tirso, Valle,  Séneca, Eurípides, Shakespeare, Chejov, Gogol…
Juan Guerrero  Zamora, Eugenio García Toledano, Juan Tébar, JA Páramo, Azpilicueta, Carlos Vélez… procedían de esa  magnífica cantera universitaria. Luis Escobar (encargado por Ridruejo del Teatro durante la Guerra Civil)  sería uno de los primeros padrinos de aquella innovación cultural  universitaria.
Gustavo nunca se declaraba falangista, aunque si firmó el proyecto de la Plataforma 2002 dedicada a dignificar la memoria del centenario de JOSE ANTONIO y se enorgullecía de sus premios y galardones en el teatro universitario del SEU. Era un hombre de derechas (Jardiel y Mihura fueron sus iconos en el teatro moderno, Muñoz Seca también) aunque siempre fue respetado por todos, amigos y enemigos. Creó empresas teatrales y dirigió el Teatro Español de Madrid.
Adolfo Suarez fue su gran amigo y su realizador oficial hasta que dimitió de presidente de Gobierno. En TVE siempre tuvo grandes amigos (también algunos enemigos de la izquierda más sectaria) y  en la etapa de UCD  ocupó cargos y siempre  dirigió decenas de programas importantes. Su talento, simpatía y capacidad de persuasión fueron excepcionales.
Para mi, su mejor producción  televisiva fue la adaptación que realizó  en 1971 de la obra Doce  hombres sin piedad de Reginald Rose. De planificación muy similar  a la versión de 1953 de S.  Lumet (pidió una copia de la versión americana)  pero  superior en planificación, ya que  logró aquí reunir el reparto mas importante de la historia de la televisión en España: RODERO, BODALO, ISMAEL MERLO, JESUS PUENTE, PRENDES, ANTONIO CASAL, SANCHO GRACIA, PEDRO OSINAGA, CARLOS LEMOS, FERNANDO DELGADO, MANOLO ALEXANDRE Y RAFAEL ALONSO.
BODALO y OSINAGA  en  Doce  hombres sin piedad
Personalmente mantuve un trato muy cordial con Gustavo. Hace unos doce años (jubilado ya él de TVE)  tuve con él  un  último fugaz  y cariñoso contacto en un acto del CEU y me invitó a ver uno de sus mejores montajes dirigido por su esposa, Mara Recatero, en su etapa de director del teatro Español (1990-2003): Cyrano de  Bergerac.
Gustavo fue un innovador, buscaba el éxito y la rentabilidad de  sus montajes. Su fórmula era aparentemente sencilla: elección de  buenos textos, excelentes actores y buen humor.
Arriba te encontrarás, sin duda,  con  tu elenco de actores y  autores  favoritos. ¡ Hasta siempre amigo y compañero!.

viernes, 6 de julio de 2012

Lecturas al sol (III)

SEVILLA NUESTRA    por Javier Cortés Lucena
El profesor Cansino durante la presentación de su libro en la Fundación Cruzcampo
"La Economía Fingida"; Menudo libro 

Permítanme recomendarles para este verano el magnífico libro de mi buen amigo José Manuel Cansino titulado La Economía Fingida de editorial Paréntesis.

José Manuel Cansino Muñoz-Repiso es profesor en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla, donde desarrolla desde hace años una magnífica labor docente y de investigación en el Departamento de Teoría Económica y Economía Política.

Mi querido amigo ha tenido la genial ideal de narrar de manera sencilla y divertida como hemos pasado de una España derrochadora y opulenta que se creía rica a una España pobre y gris, que ya no es orgullo de los mercados internacionales, y por ende que sucumbe a pasos agigantados a medida que la crisis se hace más virulenta.

Hacía falta un libro como éste para explicar de manera amena, coherente y veraz las causas que han provocado la recesión económico-financiera que hoy padecemos y que tardaremos muchos años en dejar atrás. Es gracioso leer los artículos de los analistas de siempre explicando la ruina que hoy padecemos y que, eso no lo dicen, nunca intuyeron. El autor sí.

Quien ha leído mis artículos sabe que soy un fiel defensor de la desaparición del estado de la autonomías, al menos tal y como lo conocemos en la actualidad, y siento verdadera satisfacción y orgullo saber que mi amigo Cansino opina de igual modo. Denuncia la creación de un conglomerado de instituciones y administraciones disgregantes que en el mejor de los casos sólo se hayan multiplicadas por diecisiete. En el texto se tratan cuestiones muy interesantes sobre la influencia que tienen, en el bolsillo de los españoles, las decisiones que se toman en los mercados financieros sitos allende nuestras fronteras.

Es un libro dirigido a cualquiera, no es un libro sólo para economistas que también. Es un magnífico relato, un magnífico regalo y una magnífica obra que aún siendo sencilla y escueta resulta imprescindible. Mi más sincera enhorabuena al profesor Cansino.                                                                                                                                                                                                                  Enlace para comprar el libro:                                                                                 http://www.parentesiseditorial.com/LA-ECONOMIA-FINGIDA-isbn-9788499191843.html

jueves, 5 de julio de 2012

Lecturas al sol (II)


portada

CAPELLANES EN
LA DIVISIÓN AZUL

Los últimos cruzados
Pablo Sagarra


El episodio histórico interpretado por casi 50.000 españoles en el frente ruso durante la Segunda Guerra Mundial mantiene un vigor imperecedero. Su dramatismo y magnitud magnetizan a todos los amantes de la historia de España. Se suceden libros —de diverso tipo— que hablan sobre ellos pero aún no se vislumbra el día en que hayamos agotado el tema divisionario. Quedan muchas historias por contar de la campaña rusa. Esta obra nos acerca a un aspecto jamás estudiado hasta ahora: los hechos religiosos, históricamente relevantes, que se suceden en el origen y desarrollo de la División Azul y de las Escuadrillas Azules. El autor, Pablo Sagarra Renedo, narra la cruzada contra el bolchevismo iniciada por Hitler contra Stalin, a la que se apuntó Franco con gran entusiasmo, así como la historia de los capellanes que acompañaron a las tropas españolas y la historia de los propios voluntarios que vivieron esa cruzada en primera persona; ellos fueron a matar y morir por ella —más de 5.000 no regresaron a casa— y además, protagonizaron una singular convivencia con el pueblo ruso que, por su cordialidad, encendió las alarmas del mando alemán. La profundidad del análisis efectuado y el manejo masivo de testimonios personales y de fuentes escritas contemporáneas, muchas de ellas inéditas, convierten esta obra en una referencia historiográfica de primer orden. El autor combina magistralmente el rigor científico con el brío literario, y es tal la amenidad con la que transcurre la historia, que difícilmente pueda el lector dejar de revivir las sobrecogedoras experiencias que hace 70 años tuvieron los voluntarios españoles en la lejana Rusia.




Lecturas al sol

Llegando el verano recomendamos algunas lecturas para estos días.

NOVELAS

 Por Eduardo López Pascual.
         Me imagino que a estas alturas todos, al menos todos mis amigos y conocidos, saben que soy un auténtico forofo del escribir; por eso, aun sin demasiados títulos, me atrevo a publicar algún ensayo, alguna poesía y también algo de teatro y novela. No soy bueno, por más que he conseguido la aceptación de bastante lectores; yo soy igual de amante lector y devoro todo lo que cae en mis manos, y de de confesar -con toda prudencia- que me ha sorprendido una nota común a muchas novedades editoriales como es la alusión directa en las historias de esas novelas, a los falangistas en general, y en particular. Lo traigo aquí, no como cobertura a mis correligionarios, sino como evidencia de un nuevo protagonismo azul,  a juzgar por su presencia en el mundo de la literatura actual, una realidad que junto a estudios sobre personajes "azules", Rafael Sánchez Mazas, por ejemplo, me llena de íntima satisfacción.
               Para que lo entiendan, que sé que lo hacen, no faltaba más; en estos dos meses han aparecido varios títulos con especial atención a los falangistas, naturalmente unos en claro tono positivo y en otros, sin duda, con viejas reservas y aun sentido crítico, pero que tienen de común el hecho de hablar de la Falange y los falangistas. Así hemos leído el libro de gran formato y extensión, "Falangistas", del profesor universitarios Togores y del periodista G. Morales, quienes en general tratan de ser asépticos pero con un análisis erróneo- desde mi percepción personal-; además,  una novela premiada con el   Planeta  del año 2010, que sin ser una obra sobre los falangistas, los traen a colación esta vez desde un punto de vista peyorativo, para ser como se dice ahora, políticamente correcto, debido a la pluma de un autor ya consagrado como lo es Eduardo Mendoza, quien no se distingue precisamente por una crítica amable a la Falange, sobre todo a la que vivió los años de trueno de la Segunda República. . Una tercera novela aparece editada en Sevilla, escrita desde un criterio bien distinto, pues narra una historia bajo el título de "La playa de los alemanes", con continuas referencias al partido fundado por Jose Antonio, en octubre de 1933, y a sus afiliados en tan difíciles tiempos. Su autor, Javier Compas- profesor universitario de Geografía-, no deja de señalar el carácter cercano de sus protagonistas al mensaje falangista. Hay en esta novela un guiño entrañable al mundo azul.
                 Para mí, esta indudable atención al hecho falangista, sus gentes, sus ilusiones, su menaje y su historia, me supone una suerte de reflejo emocional, pero también de sincera actualidad sobre una forma de entender las relaciones sociales, y políticas, que durante demasiado tiempo ha sido postergada, y es aún, por desgracia, sometida al silencio injusto, más todavía, cuando su cuerpo  doctrinal y de vivencias proyectan en una parte no desdeñable de nuestro país, de España, una sensación de urgente presencia entre nosotros. Es verdad que en estas novelas la Falange asoma de manera indirecta  adyacente, pero es cierto que nos depara un sentido de realidad. Desde aquí, celebro la aparición de estas obras, pero de modo muy singular esa  novedad de "La playa de los alemanes," de Javier Compás, que ha conseguido sin miedo a prejuicios, un texto ágil, interesante, donde confesar una afinidad política, sin caer en el proselitismo y la exaltación, se desprende discretamente de una obra para leer.

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Antoni Vives: "Al acabar la Guerra Civil triunfó el cinismo"
 

Barcelona, 17 mar (EFE).- Casi cuatro años ha dedicado el teniente de alcalde de Urbanismo de Barcelona, Antoni Vives, a armar su nuevo título "Les banderes de l'1 d'abril", un friso sobre las heridas de la postguerra, que le sirve para aseverar que al terminar el conflicto bélico "triunfó la institucionalización del cinismo".

En una entrevista con Efe, Vives explica que después de su exitosa "El somni de Farringdon Road", con la que obtuvo el premio Crexells, quería centrarse en los años posteriores a la Guerra Civil española, una etapa de la Historia que considera el final y el inicio de muchas cosas y que "todavía impregna nuestros días".

Si en su primer relato ahondaba en los años de la guerra, ahora la acción se inicia en Chinchón (Madrid) cuando el ejército de Franco entra en la localidad, donde confluirán Misericordia, conocida como "La Pasionaria de Chinchón"; el alférez falangista e idealista Jesús Camacho Ruiz de Villalobos y Julián Alcántara Rodríguez de Zúñiga, que acabará siendo el alcalde.

Aunque advierte Antoni Vives -que se siente un escritor que hace política- que no ha querido una novela histórica, sí reconoce que se ha aproximado a una época y ha intentado entender y conocer "qué parte de idealismo auténtico había en el falangismo".

Asimismo, cree que el lector verá hasta que punto quedaron enfrentados dos mundos muy diferentes, "el de la España sin Dios, sin valores y rota y el de la España fuerte, con valores cristianos, de la unidad de destino universal y muy trabada por la Falange".

A su juicio, el final de la Guerra Civil "es la constatación de que en España triunfaron los de siempre, con las ayudas de los de siempre, mandando el oportunismo y el compadreo, que afectó a todos los ámbitos de la vida, desde las relaciones humanas y amorosas a las cosas más cotidianas".

En su relato, publicado por La Magrana, apuesta, por otra parte, por mostrar a algunos falangistas "honestos, que en un momento dado llegaron a la conclusión de que ellos mismos fueron cómplices de una tomadura de pelo".

Preguntado por el hecho de que la historia arranque en una localidad como Chinchón, señala Vives que se trata de un lugar muy potente y fascinante, "muy poliédrico y cañí, aunque también fue la sede de la agencia de propaganda del Partido Comunista durante los años de la guerra".

En esta extensa novela hay, sin embargo, otros escenarios como Madrid, Leningrado, donde se describen algunos episodios protagonizados por la División Azul, y Barcelona.

También hay una importante historia de amor, defendiendo Vives que se trata siempre del sentimiento más sólido e intenso del ser humano.

Como ya ocurría en su primera novela, aquí vuelven a mezclarse personajes imaginarios con otros reales como Pilar Primo de Rivera o Evita Perón. "Hay personajes -asevera- que son muy de novela, aunque reales, y sería muy complicado inventarlos, por lo que no es complicado integrarlos en un relato, que acaban de perfilar".

Además, reconoce que ha introducido trasuntos de la británica Priscilla Scott-Ellis, que fue esposa de José Luis de Vilallonga, y de Dionisio Ridruejo.

Aunque con mucho trabajo como responsable del Urbanismo de Barcelona en el equipo del alcalde Xavier Trias, dice Antoni Vives que no deja de escribir y que ya ha empezado un nuevo relato que abarcará un período que va de los años cincuenta a los noventa del siglo pasado.

Nacido en la capital catalana en 1965, Vives es autor de varios libros de ensayo como "El nacionalisme que ve" y articulista habitual del periódico "Ara".

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Sólo un muerto más

Por | Críticas
9788483831182Sólo un muerto más
Ramiro Pinilla
Tusquets
Barcelona, 2009
Mientras leía la última novela de Ramiro Pinilla, a menudo me venía a la mente otro libro que, en principio, nada tiene que ver con el imaginario del autor de Verdes valles, colinas rojas. Se trata de El sindicato de policía Yiddish, de Michael Chabon. Las dos novelas comparten un objetivo común: una renovación/ampliación de la literatura negra mediante la adaptación de los arquetipos del género a los universos particulares de sus autores. También en ambos casos, el proceso revela un profundo conocimiento y respeto a tales arquetipos.
Vayamos ahora con las diferencias. Chabon se sirvió de una interesante ucronía para ambientar su incursión en la novela negra: tras la Segunda Guerra Mundial, una colonia de judíos se asienta, en vez de en Israel, en una franja de la costa de Alaska. Pinilla, por su parte, ha escogido un escenario de carne y hueso, y que conoce muy bien: el Getxo de la posguerra. El trabajo imaginativo de Chabon fue notable, pero al mismo tiempo se convirtió en un arma de doble filo. En el El sindicato de policía Yiddish resulta más atractivo el decorado de la historia que la historia en sí. En Sólo un muerto más, ambos aspectos de la novela avanzan de la mano, apoyándose mutuamente a cada paso. Por otro lado, el universo creativo de Chabon, con sus referencias al mundo judío y a la cultura pulp está menos asentado y es más flexible que el Getxo de Pinilla, que ha venido construyéndose desde Las ciegas hormigas (1960), por lo que el casamiento de aquél con el género negro era mucho más sencillo.
Estamos en 1945 y Sancho Bordaberri es propietario de una librería en Getxo. Además de leer le gusta escribir. Admira a los clásicos del género negro: Hammett, Chandler, Cain… y escribe novelas emulándolos, ambientadas en un Los Ángeles donde nunca ha estado y protagonizadas por detectives de gabardina, sombrero de ala ancha y revólver calibre 38. Lamentablemente, ninguna editorial acepta sus novelas. Tras dieciséis fracasos (dieciséis novelas), casi arroja la toalla. Está a punto de abandonar sus aspiraciones literarias cuando se detiene a pensar que quizá lo que debería hacer es escribir sobre lo que sabe y sobre las personas que conoce, lo que dará verosimilitud y garra a sus historias. Además, tiene una historia delante de sus mismas narices. La ha tenido desde hace diez años, cuando los gemelos Altube, unos conocidos marrulleros y timadores, fueron encadenados a una roca de la playa de Arrigúnaga para que la marea los ahogara. El inicio de la Guerra Civil eclipsó la posterior investigación y el culpable nunca fue descubierto. Sancho decide convertirse él mismo en investigador y vivir la novela que luego escribirá.
Dicho esto, podría pensarse que Sólo un muerto más consiste en una traslación de las tramas clásicas del género negro a un escenario diferente del habitual, que los personajes en lugar de whisky beberán txakolí; en lugar de empuñar revólveres llevarán escopetas de caza; y en lugar de los policías corruptos, las palizas las darán los falangistas. Esto, de por sí, ya sería interesante y meritorio. Pero hay bastante más.
La inmersión de Sancho Bordaberri en su proyecto detectivesco/literario va más allá de hacer unas cuantas preguntas a sus vecinos. Puesto que actuará como investigador, también se convertirá en un personaje de su futura novela, y eso requiere someterse a ciertos cambios. Sancho Bordaberri pasa a llamarse Samuel Esparta (en homenaje a Sam Spade), se enfunda el traje que sólo usaba en bodas y entierros y desempolva el sombrero que su tío trajo de las Américas. Pero esto no es suficiente. Todo investigador privado que se precie debe disponer de una oficina y de la secretaria de rigor. La librería hará las funciones de lo primero; y en cuanto a la secretaria, Koldobike, la antigua dependienta del negocio es ascendida de repente, previo teñido de rubio platino.
Este modo de afrontar la investigación es el aspecto más llamativo de la novela, y también el más arriesgado. En una primera lectura, la presencia de alguien disfrazado de detective encaja a duras penas en el escenario del Getxo de la posguerra, un entorno poco dado a las fantasías. Choca el modo como sus vecinos, tras la obvia sorpresa inicial, atienden las indagaciones de Samuel Esparta, cuando parecería más lógico que se rieran de él y no se lo tomaran en serio. Sin embargo, es precisamente el cambio de atuendo y actitud lo que permite progresar a Samuel Esparta y que las personas implicadas en el caso de los gemelos Altube se sinceren con él. La apariencia de Samuel los impresiona y anula sus reacciones primeras. Al mismo tiempo introduce un elemento de distanciamiento que permite a los vecinos contar a Samuel Esparta cosas que no dirían a Sancho Bordaberri.
Es obligado hablar también del carácter metaliterario de Sólo un muerto más. Durante sus indagaciones, Samuel Esparta se topa con un peculiar antagonista: un miembro de la Falange que, al igual que él, posee ambiciones literarias. El falangista es un poeta con inclinación a cantar las hazañas y virtudes del Régimen, pero quiere dar el salto a la narrativa. La idea de «vivir una novela» le atrae y el falangista se convierte en competidor de Samuel Esparta a la hora de desvelar el misterio de los gemelos Altube. Las conversaciones de tema literario entre ambos investigadores, verdaderos enfrentamientos de narrativa contra poesía, constituyen uno de los puntos más interesantes e inesperados del libro. El discurso de Esparta, partidario de la narrativa, es más que una declaración de intenciones; se trata de una poética en sí mismo, una poética en la que al lector familiarizado con la obra de Ramiro Pinilla le resultará fácil identificar la voz de éste. Por lo tanto, Ramiro Pinilla, a través de Sancho Bordaberri, a través de Samuel Esparta, nos regala una clase magistral sobre su concepción de la escritura, otra de las razones por las que Sólo un muerto más no es sólo una novela más.
Jon Bilbao
http://jonbilbao.wordpress.com