lunes, 17 de octubre de 2011

DESAGRAVIANDO A PEMAN

Traemos al blog el valiente artículo escrito en ABC del escritor sevillano Antonio Burgos en defensa del olvidado maestro de las letras españolas Jose María Pemán.


Jose María Pemán
Yo iba a abrirme de capa para felicitar aquí a mi dilectísimo vecino don Ignacio Camacho y López de Sagredo, por haber ganado en la Cuna de la Libertad el premio de artículos más importante y veterano de Andalucía, dotado con un millón de aquellas antiguas pesetas que tanto en Cai dieron que hablar y con la inevitable estatuilla de Miguel Berrocal. Pero no sé si felicitarlo o decirle que como en Cádiz, siguiendo los dictados de Larra, todo el año es Carnaval, se han quedado con él. Pues, en efecto, a Camacho le han dicho que le han concedido el XXVIII Premio Unicaja de Artículos Periodísticos. Y eso es un embuste como los del Beni, tan grande como una catedral. Bueno, como una catedral, como una Viña y como un Mentidero, la verdad que no exagero. A Camacho no le han dado el XXVIII Premio Unicaja de Artículos Periodísticos porque el XXVIII Premio Unicaja no existe. Esto es como la numeración de los años según el calendario de los moros o de los cristianos, que cada cual lleva su cuenta. Según las mías, que son de la estricta observancia pemananiana, a Camacho le han dado el III Premio Unicaja de Artículos Periodísticos. Porque los muy progres, políticamente correctísimos y más que cobardones barandas de Unicaja hace tres ediciones que le quitaron a este premio el honroso nombre de Pemán que llevaba, según decía su convocatoria, «a fin de honrar la memoria del ilustre escritor gaditano». Hace 28 años, pues, no se viene dando el premio Unicaja. 
Se viene dando el Pemán. Lo que pasa es que desde hace tres convocatorias les da vergüenza decirlo a los señores de la antigua Caja de Ahorros de Ronda que consiguieron lo que no logró Napoleón: conquistar Cádiz. Muchísimo antes de las actuales fusiones obligatorias, la Caja de Ahorros de Ronda absorbió a la venerable y antiquísima Caja de Ahorros de Cádiz, la que tenía en su azul escudo al padre Hércules con dos leones y convocaba el Premio Pemán. De aquel matrimonio nació Unicaja. Y como hacen falta eso, dos... leones para honrar ahora a Pemán en esta España de cobardones y de satrapillas culturales de la Ceja Estival de Rota, pues a tomar vientos, de Levante y de Poniente, que mandó Unicaja a Pemán, a La Piconera, a La Viudita Naviera, a sus Terceras de ABC, a su Cádiz de las Cortes y a los Tres Etcéteras de Don Simón.
Pero Ignacio Camacho, que tiene la retranca campera de su nación marchenera, se ha dado cuenta. Y en Cádiz, que es donde tiene mérito, recién recibido el premio y antes de trincar su tela de golpe (como recomendaba don Juan de la Rosa, el prohombre de la Caja rondeña), se ha apresurado a decir: «Es un honor recibir un premio que ha estado vinculado a Pemán, uno de los cinco grandes articulistas del siglo XX, que además escribía en el ABC en el que he publicado este texto». El premio no «ha estado vinculado a Pemán», Ignacio: tu premio «es» El Pemán, al que vergonzantemente le han puesto mote de equipo de baloncesto. Como otros premios, que tú merecidamente tienes ya, son El Cavia, El González Ruano o El Romero Murube, éste es El Pemán. Lo que te han dado, Ignacio, y por lo que me alegro, es El Pemán, y que se chinchen los de Unicaja y los de Uniceja. En voz de su Séneca, nos atrevemos a decir a Pemán:
—Nada, don J osé, que como Medel le ha quitado su nombre a su premio de usted y le ha puesto de mote Unicaja, cuando me  que Ignacio Camacho ha ganado el Unicaja no sabía si me estaban hablando de artículos de periódico en Cádiz o de un partido de baloncesto en Málaga.
Aunque aceptamos Unicaja como animal NBA de compañía. Total, Ignacio, tú eres el pivot que todos los días se harta de hacer canastas triples en el partido de baloncesto del articulismo. Eres el Pau Gasol de esto, compay de Cai.

http://www.antonioburgos.com/abc/2011/10/re100611.html
Antonio Burgos

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