domingo, 23 de octubre de 2011

EL EXORCISMO DE PANERO

La fecunda personalidad de Leopoldo Panero continúa siendo actualidad como refleja el reportaje de El Mundo que reproducimos a continuación.
  
El exorcismo final de la casa desencantada
  • ELMUNDO.es se adentra en el hogar familiar de Leopoldo Panero
  • La residencia de la familia Panero en Astorga reabrirá sus puertas
  • Pretende ser centro literario de recitales, congresos y exposiciones
  • El inmueble restaurado deja atrás el filme El Desencanto de Chávarri
  • Rompe con la leyenda negra que acompañó a la familia tras la película
"Visitar la casa de los Panero es una especie de ejercicio de metacine a la inversa. En una de sus películas, Woody Allen proponía que los personajes entraban en la pantalla. Pero, cuando entras en esta casa, el viaje consiste en salir de la pantalla y entrar en el mundo real".
Lo advierte Luis Miguel Alonso, el astorgano que hace dos años rodó Los abanicos de la muerte, en la que retrató la importancia como poeta de Leopoldo Panero y la leyenda negra construida alrededor de su figura, después de su muerte, tras el estreno en 1976 de la película El desencanto, de Jaime Chávarri, rodada en la residencia de la familia en Astorga.
Desde la calle Leopoldo Panero, hoy se ve la fachada de la casa desencantada. También, los evidentes cambios realizados por los astorganos para recuperarla, reabrirla como centro literario, y con ello celebrar el próximo año el cincuentenario de la muerte de una de las voces mayores de la poesía castellana del siglo XX.
Momento de las puertas abiertas. | J. G.Momento de las puertas abiertas. | J. G.
El jardín, que en la película aparece casi salvaje, ha sido despejado; la fachada, que en la cinta recogía los débiles rayos del sol del invierno, resplandece ahora impoluta bajo la luz pura y brillante que tantas veces cantó el poeta.

La prueba final

El pasado agosto, en las fiestas de la localidad, se celebró una apertura temporal de la casa para que los vecinos descubrieran las labores de rehabilitación que han de convertirla en un referente cultural de la ciudad y de Castilla y León. En solo una semana acudieron 10.000 personas. Fue la prueba final del exorcismo de la casa de los Panero emprendido hace diez años.
Ahora vivimos en un tiempo en el que las miserias personales son espectáculo televisivo. Por eso es más difícil comprender el seísmo social y artístico que supuso el estreno de El desencanto en los 70.

Se abrió un abismo

Compuesta por los testimonios de Felicidad Blanc, viuda de Leopoldo, y por sus hijos Juan Luis, Leopoldo María y José Moisés Michi Panero, Jaime Chavarri construyó el retrato una familia caída en desgracia -económica y existencial- tras la muerte de un patriarca encantador cara al público, pero frío y despótico en sus últimos años.
En España, el filme triunfó como demoledora visión del franquismo íntimo. Fuera, como la soberbia construcción, con elementos documentales, de un drama que hubiera hecho palidecer de envidia al propio Chéjov. Pero en Astorga, el resultado fue totalmente devastador.Se abrió un abismo entre la localidad y los Panero. Las grietas se hicieron reales en la casa cerrada. Todos los bienes se vendieron. El derrumbe se convirtió en una amenaza inminente.

Lugar de encuentro literario

Estado de parte de la fachada antes de la restauración.Estado de parte de la fachada antes de la restauración.
Hasta que Juan José Perandones, afectado entonces por su doble faceta de alcalde y profesor de literatura, dijo basta, y convenció a la corporación municipal de adquirir la casa para convertirla en un enclave literario de resonancia internacional, pero también en un punto de encuentro para el pueblo.
Supondrá transformar el jardín privado de la casa en uno público, más amplio, gracias a la compra de inmuebles cercanos. Además, destinar las salas de la planta baja, conocidas como de los cantos rodados por su suelo, a actos culturales; y en el piso de arriba musealizar varias salas dedicadas a la sobresaliente conjunción de talentos conocida como Escuela de Astorga: el nombre que puso Gerardo Diego al talentoso grupo formado por Leopoldo y Juan Panero, el gran crítico Ricardo Gullón y el talentoso cronista de la villa, Luis Alonso Luengo; y a ella añadirle el legado del músico Evaristo Fernández Blanco.

El recuerdo se desvanece

La nueva alcaldesa, Victorina Alonso, acompañada de la concejala de Cultura, Mercedes González, y la hija de esta, una niña de nueve años (tantos como el renacimiento de esta casa: no es fácil escapar de lo simbólico bajo el techo de los Panero), enseñan a EL MUNDO este inmueble restaurado.
La ocasión tiene un aire a la vez familiar y ceremonioso, ya que las tres acuden a la cita muy elegantes, escapándose, por un rato, de la fiesta en la que los jóvenes de la comarca enarbolan los enormes pendones con los colores que les identifican. Ellas son las guías idóneas para una casa donde el recuerdo del blanco y negro cinematográfico se disuelve en luz, en el brillo de maderas nuevas y colores cálidos.
La mujer e hijos de Panero.La mujer e hijos de Panero.
La casa se impone a su recuerdo fílmico, aunque no del todo. Victorina Alonso pone en marcha la fuente en el jardín. "La imagen más encantadora de la casa", dice. En El desencanto se cuenta que esa imagen fue la que decidió al matrimonio Panero a vivir allí.
Pero la alcaldesa, médico de profesión, también fue la que cuidó al menor de los hijos de aquella pareja, Michi, en sus últimos años de vida. "Se nos presentó sin nada, sin ni siquiera un número de la Seguridad Social, sin un sitio adonde ir, sin casa". Murió en 2004, cuando la rehabilitación del hogar de su infancia era un sueño.
El bullicio del desfile de los de los pendones irrumpe en la casa. Entusiasmadas, la alcaldesa y la niña corren al piso de arriba, al «palomar», al torreón donde Leopoldo padre subía a inspirarse o a esconder su mal humor. Sus pasos apresurados resuenan en la vivienda vacía. Abren las puertas a la calle y entra la luz. En casa de los Panero no es fácil eludir los símbolos y ellas lo son de un país muy diferente al que habitó por última vez esas paredes. Los demonios huyen espantados.

 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/06/castillayleon/1317932343.html?a=48a515f5cd318b68def0e1d31f458e5b&t=1317997648&numero=

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