viernes, 1 de enero de 2010

Sobre el libro de Jose Javier Esparza


Asturias es España, y lo demás tierra conquistada… ¡y es verdad!

José Javier Esparza dice "basta" a la corrección política sobre la Reconquista (cómo una España carcomida fue conquistada, y cómo un puñado de locos la liberaron en sólo 8 siglos).

"Los hombres, sin pasado, tienden a caer en la desorientación: no es fácil conocer adónde se va cuando se ignora de dónde se viene". No son palabras de ninguno de nuestros clásicos ni tampoco de este libro, sino una cita de la novela más reciente de José Javier Esparza (La Muerte. El final de los tiempos, II; Áltera, 2008). Coherente consigo mismo, Esparza ha presentado en otoño de 2009 una obra de alta divulgación histórica: una crónica del reino de Asturias y, en consecuencia, de los dos primeros siglos de la Reconquista.

Que hacía falta es seguro. A estas alturas uno puede encontrarse libros de texto de las editoriales más reputadas en los que se cuentan una serie de anécdotas sobre la supuesta España de las tres culturas y la feliz convivencia de siglos entre musulmanes, judíos y cristianos (porque alguno debía de quedar) en eso que llaman "el Estado".José Luis Rodríguez Zapatero acaba de anunciar, nada menos, que los descendientes de los moriscos expulsados en 1609 por Felipe III van a ser indemnizados. No estamos ya en el "España ha dejado de ser católica", sino que nos adentramos en el "jamás ha existido España y, además, estas tierras fueron todo menos católicas" .

Lo fácil es culpar a Zapatero de la rendición intelectual. Es culpable en la medida en que extiende la necedad y la financia con cargo al Presupuesto, pero es un buen continuador de algo muy anterior a él. Del franquismo es el primer paso de la "alianza de civilizaciones", con aquella solemne memez de la "tradicional amistad hispanoárabe" y la oficialización del triculturalismo de Américo Castro. PeroCastro no era historiador, y don Claudio Sánchez Albornoz, desde el exilio antifranquista, demostró profesionalmente que, efectivamente, hubo una España antes de 711, hispanorromana y visigoda, cristiana vertebralmente; que esa España fue invadida aprovechando, cómo no, una guerra civil entre godos; y que hubo una resistencia cristiana a la invasión, objetivamente irracional pero sorprendentemente exitosa, con un hilo conductor desde Covadonga en 722 hasta Granada en 1492, e incluso más allí, en 1580: la reconstrucción espiritual, real y popular de la unidad de España, la Hispania toledana perdida en el Guadalete.

Un vacío angustioso de identidad

Anteojeras marxistas o tribales (nacionalistas) aparte, no van a encontrar ustedes historiadores consistentes que lleven hoy la contraria a don Claudio. Pero ni la docencia obligatoria ni la divulgación han renunciado a la desprestigiada murga multiculturalista, beatificada ahora por los progres. Ni siquiera los Gobiernos de Aznar hicieron algo decisivo en esta dirección, aunque hacia 2002 se entrevió una cierta intención, concretada en algunos libros, en la recuperación de Julio Valdeón, en el activismo de los hermanosGarcía de Cortázar, en la muy pacata Ley de Calidad en educación y en los primeros pasos de la serie Memoria de España en TVE. Poco frente a un océano que define hoy la corrección política.

José Javier Esparza es un rebelde consciente de la importancia de esta batalla. Los jóvenes y las familias deben poder saber cómo fueron los primeros pasos dados por sus antepasados para que estas tierras conservasen su identidad preislámica. España es el único país de Europa Occidental conquistado por los musulmanes y liberado por sus propias fuerzas, y esa lucha tienen un nombre: Asturias.

Cierto, no sólo Asturias, y nadie lo sabe mejor que un navarro como yo. Pero la resistencia pirenaica contra el Islam fue más tardía, enlazó menos y peor con la tradición goda, y debió mucho en Aragón y los pequeños condados anejos y todo en la ´Precataluña´ a la acción de los carolingios. Además, en gran parte tuvo lugar tras una larga sumisión al emirato (tan indirecta como se quiera, pero real como la vida misma de los Banu Qasi y los Íñigos) y como efecto de una inteligente intervención de los asturianos (que hizo posible la eclosión de una realeza nueva en Pamplona –que no en una inexistente Navarra- desde 905).

"En lo más profundo de los bosques de Lo Abierto, allí donde la espesura levanta un muro infranqueable, palpita la vida secreta de los rebeldes. Las sombras no oscurecen el hogar de los emboscados: las columnas de los árboles se abren en un generoso atrio de verdes pastos y huertas de tierra fértil donde las cabañas de madera y piedra calientan sus techumbres al sol fresco de la montaña. Los patricios, en su retorno al origen, han aprendido a vivir los días con la cadencia fluida y dulce de una rueda eterna. Al caer la tarde, en torno al fuego, zanfonías, tambores y zampoñas elevan cantos de jovial serenidad, y el agudo acento de su música envuelve la fronda del bosque en un abrazo de camaradería". Esparza ha llevado después a la ficción lo que había contado después como historia. España se perdió "hasta los puertos", como dice el Fuero navarro y tantas veces he escuchado de don Ángel Martín Duque, de don Javier Nagore y de Luis Javier Fortún, y sus habitantes resistentes a la civilización agresora recrearon contra toda lógica materialista o racionalista "algo". Ese "algo", que nos permite a nosotros sentirnos y ser hijos de Escipión, de Trajano y de Recaredo, es Asturias. Si además, como es el caso, está bien contado, sólo hay una opción: cómprenlo esta Navidad para sus hijos. Sus nietos se lo agradecerán cuando lleguen tiempos que aún están por despuntar.

Pascual Tamburri Bariain

7 comentarios:

  1. Si todos los politicos fuesen más cultos y supieran la verdadera historia , estaria orgullosos de la unidad de españa, independientemente de cualquier tendencia politica.Alfonso

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  2. Con todos mis respetos, y sin ser representante de esos "progres" de los que hacéis mención, es posible hablar de un sentimiento de hispanidad, pero referirnos a un espíritu español y a unas raíces españolas en este punto resulta cuanto menos disparatado. Nos guste o no, portugal, por poner un ejemplo, no es españa, e igual que castilla (y no España) participó en la reconquista. Un saludo desde Madrid.

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  3. No tenéis ni puta idea
    No existió ninguna reconquista, fueron guerras civiles entre españoles cristianos y españoles musulmanes.
    Al hablar de convivencia, ningún historiador riguroso habla de "idílica", se trata simplemente de convivencia.
    Al-Andalus era más español que Asturias en los siglos VIII-IX, Asturias no eran más que cuatro catetos, y Covadonga, si es que existió esa batalla, no fue más que una escaramuza.
    La España actual (o más bien, la españa hasta 1800, pues la de ahora es la España de la Civilización Industrial, la de las tetas, los culos y los móviles, ya de Cristiana tiene poco) nace de las guerras religiosas, en cualquier fecha, la que queráis poner, entre 711 y 1212, y nace de la fusión entre la Civilización Cristiana-Europea y la Civilización Islámica, y ambas son a la vez extranjeras y autóctonas.
    Me refiero a la Cristiana-Europea, que no Romano-Cristiana, ni mucho menos visigoda, los visigodos no son más que un epílogo decadente de los romanos.
    Por desgracia, sólo llevamos 35 años pudiendo reivindicar Al-Andalus (y no me refiero a esas polladas de que Córdoba tenía tropocientos millones de habitantes en el siglo X y había una convivencia maravillosa, etc), me refiero a reivindicar Al-Andalus como algo nuestro, y estudiarlo a fondo.
    Pero vosotros, los neo-franquistas, volveis con las mismas, España única, cristianísima, decente, libre (de moros, que no de fachas), etc. etc. Si ni siguiera ha dado tiempo a limpiar el Islám Clásico de las bobadas que dice la mayoría, y ya están queriendo enterrarlo otra vez.
    Por cierto, el Cristianismo nació en Palestina, con una grandísima influencia de la mitología egipcia y empezó a divulgarse masivamente en Asia Menor, así que uno de los pilares de España resulta que es una mitología hecha por catetos orientales hace 2000 años. Por cierto Jesucristo jamás existió, no existen pruebas documentales ni arqueológicas, sólo los evangelios y los libros de historia escritos posteriormente basándose en ellos y en la estupidez generalizada.

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  4. Marco, hemos preferido dejar el comentario como exacto retrato de tu propia estulticia y del sector del progresismo donde te revuelcas intelectualmente.
    Por lo demás, tu comentario no necesita réplica sino compasión.
    Un saludo y gracias por tu lectura y tu aportación.

    La Clave Cultural.

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  5. marcos deja la droga que te tiene ido de la cabeza.

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  6. cuentas verdades a medias marcos,y no hay mayor mentira que las verdades a medias

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  7. Pueden seguir a Don José Javier Esparza en su página de facebook: Seguidores de José Javier Esparza

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