lunes, 3 de agosto de 2015

Pemán, ese fascista

XYZ Diario Digital.
Autor: Garbi

A mí no me cae mal Pemán por franquista, no me cae muy bien por ser monárquico juanista, que no es lo mismo, bueno al principio de la Guerra Civil casi si lo era, ya que Don Juan le insistía a Franco para participar en la Guerra en su bando, pero al general no le pareció muy bien la participación del pretendiente a la posible restauración monárquica en España. Posteriormente las cosas fueron a peor y, desde ABC, ese reducto más o menos tapado de cortesanos borbones, se disentía levemente, nunca el enfrentamiento, el Régimen tampoco lo hubiese permitido, de la permanencia del Generalísimo en el poder, en los sesenta, una vez asentado el milagro económico español y en amistad con los Estados Unidos frente a la amenaza soviética, llegada era la hora, según los turiferarios de Estoril, de volver a sentar en el trono de Don Pelayo a la dinastía francesa.
Lo de Pemán fascista es de difícil argumentación, entre otras cosas se ha de recordar que, se dice, fueron precisamente los falangistas (si damos por supuesto que Falange era el Fascismo a la española, pero esto sería otra discusión) los que presionaron para que fuese cesado José María Pemán como Presidente de la Real Academia de la Lengua, precisamente por su poco apego a los azules en general y a su Jefe asesinado en los primeros meses de la Guerra, José Antonio, en general. Dice la alcaldesa meñiquera de Jerez de la Frontera que se sabe versos de Alberti pero ninguno de Pemán, allá cada cual con sus gustos literarios, pero no sé por qué me parece a mí que la “boutade” municipal no es más que una pose de progre de bajos vuelos y que esta señora lo más que lee es el catálogo de Venca. Por otra parte, decía GC, Giménez Caballero, que en su taller editorial de la Gaceta Literaria, el primer español que le había saludado a la romana, fue Rafael Alberti, aunque unos años después al brazo extendido de Alberti se le cerró el puño, y es que pueden más dos tetas que dos carretas, o los argumentos que tuviese María Teresa León, miliciana consorte y, por cierto, hija de coronel.
A la vista de esta nueva ola de “memoria histórica” que recorre el verano, donde se ha contagiado del virus rojo hasta Ciudadanos, quizás el podemismo y el izquierdaunismo del ayuntamiento sevillano quieran proponer que la Glorieta Hermanos Machado pase a ser solo de Antonio, ya que Manuel se quedó en la parte “equivocada” e, incluso, cantó a las Margaritas navarras, a los combatientes “nacionales” de la Ciudad Universitaria y, horror, hasta al Ausente en esa Corona de Sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera, y que, de momento, pierdan su calle, Juan Sierra, otro de los sonetistas, Romero Murube, el amigo de Miguel Hernández o Adriano del Valle, esos fascistas.
Al busto de José María Pemán le han dado el “paseo”, una “brigada del amanecer” se lo ha llevado del Teatro Villamarta de Jerez a la cuneta del olvido de algún almacén municipal, a lo mejor no por fascista, sino porque en realidad Pemán nació en Cádiz y no en Jerez, y ya se sabe que no se llevan muy bien los jerezanos con los de la capital de la provincia.

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