lunes, 22 de junio de 2015

Historia contra sectarismo, por Carlos Colón


La ciudad y los días

Historia contra sectarismo

carlos / colón |
ALFONSO Lazo, el mejor profesor que tuve en la carrera porque era el que más obligaba a pensar, ha publicado un libro incómodo (Historias falangistas del sur de España, Espuela de Plata) porque tiene el mismo defecto de sus clases: obliga a pensar. Trata de los falangistas, sobre todo los de base, para "indagar sobre su ideología, sobre su mentalidad, sobre su imaginario colectivo, sobre los gestos que los identificaban y separaban de las otras familias que integraron la dictadura de Franco". Y se propone hacerlo "sin caer en la tentación del presentismo: con la máxima objetividad que cabe exigir a un historiador (…) que conoce de los horrores de la historia, pero busca entenderlos sin sustituir por la mentalidad del presente lo que fue mentalidad del pasado".

También aborda "el extraño viaje" al comunismo que algunos fascistas europeos dieron por odio fanático a las democracias burguesas; y que algunos falangistas españoles dieron en los años 50 y 60 por idéntico motivo, hasta acabar en la izquierda democrática. De los primeros Lazo aporta testimonios estremecedores como el del fascista Drieu de la Rochelle, que anotó en su diario tras la derrota de Hitler en Stalingrado: "Stalin es un personaje de derecho divino… Moriré con la alegría salvaje de que Stalin será el dueño del mundo. Por fin, un dueño"; o esclarecedores, como el del historiador François Furet: "El movimiento fascista está alimentado de anticomunismo, el movimiento comunista de antifascismo, pero los dos comparten el mismo odio al mundo burgués". En España, donde la Segunda República fue despreciada como "democracia burguesa" por comunistas y fascistas, conocemos bien este odio que explica la desafección hacia el franquismo de los falangistas "puros". "No es un hecho sorprendente -escribe Lazo- que en el momento de mayor fortaleza del régimen franquista (…), cuando la dictadura ya aparece aliada de los Estados Unidos y goza de plena respetabilidad internacional, justamente entonces, muchos jóvenes falangistas rompan con el régimen (…) porque ellos son fascistas y lo ven como una mera dictadura reaccionaria… Cuando descubran que el fascismo ya nunca volverá, van a girar hacia posiciones democráticas y de izquierdas".

Un libro oportuno y hasta necesario porque, como afirma Lazo, el "conocimiento de una historia sin sectarismos ni silencios interesados no parece cosa baladí en estos tiempos que corren".

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