Jorge Muñoz | Actualizado 28.07.2010 - 08:43 Diario de Sevilla
La delegada de Participación Ciudadana y concejal de IU en el Ayuntamiento de Sevilla, José Medrano, ha asegurado hoy a la juez de Instrucción número 6 que prohibió el homenaje al escritor Agustín de Foxá para evitar “altercados y desórdenes” en el centro cívico El Tejar del Mellizo, después de que en los días previos a este acto culturas se recibieran numerosas llamadas y “multitud” de correos electrónicos oponiéndose por la ideología política, ya que el escritor había pertenecido a la Falange y fue coautor del himno al Cara al Sol.
Josefa Medrano, que ha comparecido durante hora y media ante la juez en calidad de imputada por los delitos de prevaricación y contra los derechos fundamentales y libertades públicas, ha negado en su declaración que la revocación de la autorización para la celebración del homenaje a Foxá, previsto para el 6 de octubre pasado, se debiera a “motivo políticos”, ya que, según dijo, lo único que conocía del escritor era su “ideología ligada al régimen franquista pero desconocía que fuera novelista, dramaturgo o poeta”.
La delegada de Participación Ciudadana indicó que además de las llamadas telefónicas y los e-mails, cuatro días antes del homenaje se presentaron en la sede de la delegación un grupo de persona de la coordinadora antifascista que reclamaban hablar con algún responsable para exponerle que no debía celebrarse el homenaje por la ideología política de Foxá. Ante estas protestas, Medrano aseguró que entendía que “la situación que se estaba produciendo podría generar altercados y desórdenes y que lo más prudente era revocar la autorización concedida”, según ha señalado en su comparecencia ante la juez.
El testimonio de Medrano contradice la declaración que, en su día, realizó la directora del centro cívico, Cristina Paloma Torrego, quien reconoció que las asociaciones culturales Fernando III y Ademán, convocantes del acto, reunían todos los requisitos para que se les cediera un aula de las instalaciones, por lo que la prohibición fue a su juicio una decisión política, expresión que también comparten otros funcionarios.
El argumento que ha dado hoy Josefa Medrano sobre las razones que motivaron la prohibición es completamente nuevo, dado que en su día la Delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento había considerado que la utilización del centro cívico podría considerarse como una posible “apología del franquismo” y justificó la denegación en el “respeto” a la ley de la Memoria Histórica.
La juez ha recordado hoy a la imputada que la ley de Memoria Histórica cuando se refiere a símbolos o a monumentos públicos excluye su retirada cuando concurran razones culturales o artísticas, y le ha preguntado si de haber conocido el carácter cultural del homenaje hubiese ordenado la revocación del acto. Medrano respondió que “no sabe lo que hubiese hecho en tal circunstancia”, si bien cree que no lo habría revocado “si hubiese llegado a tener la convicción de que se trataba de un homenaje literario”. La delegada insistió en que no sabía el carácter cultural del acto pues el objeto del homenaje “no especificaba el carácter literario del mismo”.
La instructora también le preguntó si la prohibición fue una decisión suya o si fueron el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, y la entonces portavoz del Gobierno municipal, María Isabel Montaño, quienes le indicaron que debía revocar la autorización. Medrano ha afirmado que se trató de una decisión “exclusivamente” suya y añadió que, cuando el acto se realizó finalmente en los jardines del centro cívico, lo permitió porque “no hubo ningún conflicto o incidente”.
Medrano reconoció que con posterioridad se ha celebrado en el mismo centro un homenaje literario a Leopoldo Panero, también de ideología falangista y que fue incluso diplomático en el gobierno de Franco.
La juez de Instrucción 6 de Sevilla debe decidir ahora si cita a declarar a nuevos testigos o da por concluida la fase de instrucción, en cuyo caso deberá acordar la continuación del procedimiento o su archivo, en el supuesto de que no considere que los hechos son constitutivos de delito.
Josefa Medrano, que ha comparecido durante hora y media ante la juez en calidad de imputada por los delitos de prevaricación y contra los derechos fundamentales y libertades públicas, ha negado en su declaración que la revocación de la autorización para la celebración del homenaje a Foxá, previsto para el 6 de octubre pasado, se debiera a “motivo políticos”, ya que, según dijo, lo único que conocía del escritor era su “ideología ligada al régimen franquista pero desconocía que fuera novelista, dramaturgo o poeta”.
La delegada de Participación Ciudadana indicó que además de las llamadas telefónicas y los e-mails, cuatro días antes del homenaje se presentaron en la sede de la delegación un grupo de persona de la coordinadora antifascista que reclamaban hablar con algún responsable para exponerle que no debía celebrarse el homenaje por la ideología política de Foxá. Ante estas protestas, Medrano aseguró que entendía que “la situación que se estaba produciendo podría generar altercados y desórdenes y que lo más prudente era revocar la autorización concedida”, según ha señalado en su comparecencia ante la juez.
El testimonio de Medrano contradice la declaración que, en su día, realizó la directora del centro cívico, Cristina Paloma Torrego, quien reconoció que las asociaciones culturales Fernando III y Ademán, convocantes del acto, reunían todos los requisitos para que se les cediera un aula de las instalaciones, por lo que la prohibición fue a su juicio una decisión política, expresión que también comparten otros funcionarios.
El argumento que ha dado hoy Josefa Medrano sobre las razones que motivaron la prohibición es completamente nuevo, dado que en su día la Delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento había considerado que la utilización del centro cívico podría considerarse como una posible “apología del franquismo” y justificó la denegación en el “respeto” a la ley de la Memoria Histórica.
La juez ha recordado hoy a la imputada que la ley de Memoria Histórica cuando se refiere a símbolos o a monumentos públicos excluye su retirada cuando concurran razones culturales o artísticas, y le ha preguntado si de haber conocido el carácter cultural del homenaje hubiese ordenado la revocación del acto. Medrano respondió que “no sabe lo que hubiese hecho en tal circunstancia”, si bien cree que no lo habría revocado “si hubiese llegado a tener la convicción de que se trataba de un homenaje literario”. La delegada insistió en que no sabía el carácter cultural del acto pues el objeto del homenaje “no especificaba el carácter literario del mismo”.
La instructora también le preguntó si la prohibición fue una decisión suya o si fueron el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, y la entonces portavoz del Gobierno municipal, María Isabel Montaño, quienes le indicaron que debía revocar la autorización. Medrano ha afirmado que se trató de una decisión “exclusivamente” suya y añadió que, cuando el acto se realizó finalmente en los jardines del centro cívico, lo permitió porque “no hubo ningún conflicto o incidente”.
Medrano reconoció que con posterioridad se ha celebrado en el mismo centro un homenaje literario a Leopoldo Panero, también de ideología falangista y que fue incluso diplomático en el gobierno de Franco.
La juez de Instrucción 6 de Sevilla debe decidir ahora si cita a declarar a nuevos testigos o da por concluida la fase de instrucción, en cuyo caso deberá acordar la continuación del procedimiento o su archivo, en el supuesto de que no considere que los hechos son constitutivos de delito.
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