viernes, 13 de agosto de 2010

La Memoria Histórica inspira un ataque a la estatua de Cortés. Unos vándalos dañan la escultura por ser una «representación fascista»


ABC
J. A. / MADRID
12/08/2010


Los tentáculos perniciosos de la Memoria Histórica y el revisionismo revanchista auspiciado por el Gobierno se cuelan hasta en los monumentos en recuerdo del descubrimiento y la colonización de América. Unos vándalos atacaron en la madrugada de ayer la estatua que en honor de Hernán Cortés se erige en Medellín (Badajoz), en la Plaza dedicada al conquistador de México en su pueblo natal.
Tras la actuación de estos bárbaros, que mancharon con pintura roja el conjunto escultórico, se vislumbra la inspiración de algunos argumentos que con tanta insistencia pregona la Memoria Histórica puesta en boga por el Ejecutivo socialista.
La acción de este grupo de gamberros, autodenominados «Ciudadanos anónimos», se basa en dos premisas erróneas y absurdas. La primera asegura que «la obra representa a Hernán Cortés pisando la cabeza de un indio». La segunda defiende que la escultura supone «una representación fascista». Lo curioso es que tanto una cosa como la otra son falacias sin sentido. Lo que se sitúa a los pies del histórico personaje no es un indio, sino trozos de altares e ídolos aztecas. Detalle conocido por los habitantes de un pueblo que ayer se lamentaban del absurdo ataque a uno de los monumentos más admirados del lugar.
Razonamientos absurdos
Y difícilmente podría catalogarse de fascista a un trabajo artístico con 120 años de antigüedad, iniciado en 1889 por el escultor Eduardo Barrón e instalado un año después. La estatua, fundida con bronce de viejos cañones, se encuentra rodeada por sendas cabezas de leones en cada uno de los lados del pedestal y sobre ellas se pueden apreciar los cuatro escudos representativos de las cuatro grandes batallas ganadas por Cortés en la conquista del imperio azteca: Otumba, Tlaxcala, Tabasco y México.
Tras completar su fechoría, los salvajes dejaron junto a la estatua unos panfletos justificando su acción. Aseguran en el escrito que la escultura es «la glorificación cruel y arrogante del genocidio y un insulto al pueblo de México». Asimismo señalan que «pueden observarse símbolos que representan a las instituciones política, religiosa y militar junto a la cabeza despojada de un indio que está bajo el pie izquierdo de Cortés», héroe nacional al que califican de «asesino pobre». Y en el colmo del absurdo alardean de que han utilizado el color rojo para su fechoría «pensando en La Roja que hoy (por ayer) juega contra la selección de México».
La Guardia Civil, que investiga los hechos, ha intervenido además de los libelos citados, un bidón de pintura, una brocha y un cubo.

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