Cuando por los años primeros de los ochenta del siglo pasado, la democracia tal como la visualizamos hoy día, empezaba a consolidarse y en cierta manera a fructificar en razón de las metas propuestas, aparecía como una de las conquistas más notables la creación de infinitas asociaciones ciudadanas de todo tipo; desde grupos meramente deportivos, movimientos vecinales, etc., hasta la presencia de auténticas asociaciones culturales. Ahora bien, en ese paisaje de protagonismo ciudadano, las organizaciones civiles que suscitaban el mayor protagonismo, cuando no el único, provenían prioritariamente de la izquierda más conocida, que además estaba incrustada en todo el horizonte social, los medios, la iglesia, la universidad, o la cultura. Desde este otero, las asociaciones culturales fueron una verdadera punta de lanza, por la que intentaron, y muchas veces consiguieron, encauzar, dirigir y manipular cualquier iniciativa artística, estética, de tal forma que fueran ellos los únicos detentadores de la cultura nacional.
Fue entonces, y bajo aquella situación, cuando un grupo de escritores, pintores y poetas falangistas, y deportistas, de la pequeña ciudad de Cieza, en Murcia, entre los que se encontraban Antonio Ortega Martínez, con varios premios nacionales de poesía y autor seleccionado por la Academia Iberoamericana de Poesía, en EE.UU.;del pintor Cayetano Toledo Puche, Medalla en el Bienal de Florencia, Italia, con exposiciones dentro y fuera de España, y hasta de un deportista profesional; Jota Torres de gran proyección nacional; o de quien esto escribe, pensamos en la oportunidad de fundar una Asociación Cultural que, en razón a nuestra formación personal tratara de procurar cultura.-, desde luego sin ánimo restrictivo-, y diera a nuestra sociedad la oportunidad de ofrecerles otra manera de entenderla y mucho más de hacerla, para que desde ningún modo creyeran que sólo la cultura planeada desde la izquierda iconoclasta y laicista, tuviera razón de ser y existir; y sobre todo de utilizar. Había una distinta forma de creación cultural.
Desde esta reflexión, este grupo, todos militantes de Falange Española Auténtica ( falangistas), profundamente inquietos por la manipulación
comprobada, estaban convencidos que desde su compromiso político, sustentado por la propia historia azul plena de artistas, pintores, escritores, y poetas, filósofos y conferenciantes como Ponce de León, Rafael García Serrano, Rafael Sánchez Mazas, Luis Rosales, Murube, Ángel María Pascual, Adolfo Muñoz Alonso, y tantos otros entre los que se encontraba Luys Santamarina, escritor, poeta y periodista, podíamos en franca puridad popular promover una Asociación Cultural que estuviera incardinada en la sociedad, tal como cualquiera otra, pero amparada por una base humanista y un fondo de azul en libertad de la que todos éramos coincidentes. Fue esta, la esencia de nuestra futura actividad, al tiempo que reconquistábamos para nosotros los mismos argumentos que la izquierda oficial pretendió siempre. Se llamó “Pueblo y Arte”, dejando constancia de nuestro compromiso popular hacia la cultura.
A partir de ahí, y como una de las actividades más emblemáticas encarnamos en el poeta santanderino, el inolvidable autor del poemario Hallada, y su famoso verso “Cuando esto acabe.....” , la base de nuestra actividad, al tiempo que rendíamos homenaje y memoria a uno de los falangistas más honestos que hayamos podido conocer; su sincera y honesta participación en un verdadera reconciliación, su trato con artistas de cualquier ideología: Lorca, Max Aub), y su compromiso joseantoniano nos indujo a crear el Premio Internacional de Poesía LUYS SANTAMARINA, que tendría desde el principio una acogida excepcional. Apadrinados, a los dos años, por el escritor y director de teatro, cubano, en el exilio, Carlos Miguel Suárez Radillo, quien fue imprescindible para abrirnos al mundo cultural hispanoamericano, quisimos homenajear al mítico escritor falangista.. En 1995 nuestra asociación Pueblo y Arte publica su primera convocatoria, que gana el poeta valenciano López Gradoli, y luego una relación de grandes poetas: el cubano Francisco Morán, los españoles Casaux, Pascual García, José María de Juan, Miguel Argaya, el americano Reinaldo G. Ramos, la cubana Rita Geada, el malagueño, J.A. Portus o los accésits concedidos a poetas argentinos, mexicanos, o israelíes, que acudieron este Premio llamados por su rigor y calidad, hasta convertirse en una cita obligada en el universo poético.
Son quince años en los que la asociación Pueblo y Arte, incluso en condiciones muy adversas, ha sabido salvar situaciones difíciles, y más aún, resguardados por la evidente seriedad de sus jurados, presididos desde hace doce años por el catedrático de Lengua José Luis Martínez Valero, y la excelente publicación de sus poemarios, por la Editorial Vitrubio, de Madrid, ha logrado la cobertura oficial del Ayuntamiento de Cieza, y lo que es aun más meritorio, el respaldo de la Universidad Pública de Murcia, que desde su obra cultural, y Aula de Poesía, nos permite la presentación de nuestros premios en el paraninfo de este primer centro universitario. en Murcia, dando así fe de la importancia de los Premios Internacionales de Poesía Luys Santamarina-Ciudad de Cieza... Desde la atención de la Vicesecretaria de Extensión Cultural de la Universidad de Murcia, con sus titulares D. Conrado Navalón y D. Guillermo Díaz Baños, el mundo poético conoce y participa en el único certamen internacional que lleva el nombre de un escritor azul, algo impensable para muchos, pero que nosotros desde Pueblo y Arte, presentíamos que podíamos hacerlo; la rigurosa organización y la honestidad probada, y más aún, el respeto profundo a la diversidad cultural. Ha hecho realidad esta aventura; era al fin y al cabo, “ la poesía que promete” el Luys Santamarina- Ciudad de Cieza, que este año ha cumplido quince años de edad.
Eduardo López Pascual
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