jueves, 15 de abril de 2010

Las buenas noches de Franco a Miguel Hernández en el Alcázar de Sevilla


ABC Jueves , 15-04-10 a las 07 : 08
Una leyenda sevillana de mediados del siglo pasado cuenta que recién terminada la Guerra Civil, cuando Francisco Franco se alojó por primera vez en el Real Alcázar, una noche, por uno de los jardines, se cruzó con Joaquín Romero Murube, que era el conservador del colosal palacio, cargo que ocupó desde 1934 hasta su fallecimiento, acontecido el 15 de noviembre de 1969; el mítico poeta falangista iba acompañado de otro hombre, y en la semipenumbra del recinto los tres se dieron educadamente las buenas noches, continuando cada mochuelo el camino hacia su respectivo olivo.
Y lo singular, lo fundamental de la leyenda, no fue ni el cruce ni las buenas noches, no; lo fundamental y singular fue que el acompañante de Joaquín era el igualmente poeta, pero comunista y perseguido, Miguel Hernández, a quien había escondido en el Real Alcázar en la huida del orcelitano hacia la frontera con Portugal, que llegó a cruzar, pero no sirviéndole de nada porque la policía de Salazar lo detuvo y entregó a las autoridades españolas de entonces.
Y aunque lo de las «buenas noches» de Franco no esté contrastado, lo que sí lo está es el cobijo que Hernández recibió por parte de Romero Murube, un hecho histórico que estoy recordando como homenaje que rindo (y nada más lejos de mis sentimientos que ser comunista) a la memoria del gran poeta y dramaturgo de Orihuela fallecido en la cárcel de Alicante mes y medio antes de que yo viniera al mundo, cuyo centenario de su nacimiento se celebra este año y se cumplirá el 30 de octubre, uniéndome así desde aquí al literario que hoy (20.00 horas) le van a tributar en Sevilla las asociaciones Cultural Ademán y Cultural Fernando III, y tendrá lugar en la Fundación «Valentín de Madariaga» (antiguo Consulado de los Estados Unidos, avenida de María Luisa s/n), contando con las intervenciones de mi estimado compañero Romualdo Maestre y del Premio Nacional de Literatura y académico Aquilino Duque, quienes fundamentarán sus intervenciones en la relación que Hernández tuvo con los poetas sevillanos, especialmente el citado Romero Murube y Eduardo Llosent.
Y como se dice por aquí, vaya guantá sin manos que los organizadores han pegado a las autoridades municipales comunistas de Sevilla, que como recordarán, hace unos meses prohibieron en el Centro Cívico «Tejar del Mellizo» el homenaje, igualmente literario, que iban a tributar a Agustín de Foxá, prohibición argumentada en que éste fue falangista.

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