lunes, 24 de junio de 2013

La devoción de El Pali por José Antonio

ÁNGEL PÉREZ GUERRA

UN PRADO SEMBRADO
DE PAPAS

HACÍAMOS aquel ABC sevillano con el periodismo anónimo que don Antonio Burgos Belinchón ha sacado a hombros de su experiencia laureada por l a Puerta del Príncipe de los Ingenios Recuadrados. Se publicaba entonces una página diaria titulada «Los debates de ABC». Tres personas destacadas de la ciudad daban su opinión acerca de un tema de actualidad. Y allí estaba el guardia que suscribe, con sus veintipocos años cuajados de inseguridades y esperanzas bajo palio de juventud, agarrado al auricular del teléfono (aquellos inefables terminales blancos y gordos, ligeros pero inspiradores de confianza), buscando en los quiebros de la voz interlocutora el camino más corto para ganarse su confianza y el reconfortante «sí, quiero» a la propuesta del periódico.
Aquella tarde le tocó al Pali, que levantó su auricular, arrellanado no en el sitial de la acera sino en el sofá de su salón sin ventanas al que se asomaba ora su madre ciega ora su perra Triana, y con aquella amabilidad antigua como su guitarra de plata y su devoción por José Antonio, escuchó pacientemente, algo jadeante ya, mi cantinela.
—Buenas tardes, don Francisco. ¿Le importaría contestar a una encuesta que estamos haciendo sobre qué haría el encuestado con el Prado de San Sebastián, que, como usted sabe, está vacío desde que la Feria a Los Remedios fue trasladada?
—De don Francisco nada, niño. Paco, y va que chuta. —De acuerdo; usted perdone, Paco. Se hizo un silencio que me hizo temer que Francisco Palacios se hubiera quedado dormido (era esa hora pajolera de la siesta en que los periodistas despegamos). Pero no, la voz de El Pali sonó por aquel teléfono blanco y gordo como él.
—Poh mira, yo lo sembraba de papah pa tené papahaliñá frescah tol año, ¿sabe?
Y se quedó tan pancho, y yo conteniendo la risa mientras Manolo Ferrand, Paco Navarro, Paco Gómez, Manolo Ramírez, Antonio de la Torre, Lola Meiriño, Manolo Rodelas y Carlos Bernal se jartaban de reír al escucharme repetir la frase del Pali. Como se estarán riendo ahora en el Prado inmarchitable con las ocurrencias del Pali, que estará apoyando su papada sobre los brazos cruzados en el respaldo de la silla que le habrá puesto San Pedro para que haga aún más infinita si cabe la sonrisa del Padre Eterno.

Publicado en ABC de Sevilla el día 24 de Julio de 2013

1 comentario:

  1. Enhorabuena, Ángel, unas palabras muy emotivas y sobre todo valientes que sacan a relucir esa devoción del Pali por alguien tan incorrecto hoy por hoy.
    José Manuel Sánchez del Águila.

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