Emotivo recuerdo a Manuel Barrios en el Ateneo a cargo de su hijo
Francisco Robles glosó la figura poliédrica de un novelista que nunca renegó de la libertad
Francisco Correal.
Como
si le hubiesen pedido la pirámide de Keops. Manuel Barrios Gutiérrez usó
ese símil faraónico cuando el año 2000, quien había sufrido procesos
ante el Tribunal de Orden Público, detenciones, censura de sus libros,
conoció una condena de dos años de cárcel, dos de inhabilitación y
treinta millones de multa por un artículo. Una de las tres muertes
civiles de Barrios. La primera, cuando Lara lo borró del mapa literario
al no aceptar ser finalista del Planeta el año que ganó Semprún.
La biológica, "Ducados, Olivertti y trasnochar", ocurrió el 24 de febrero de este año. El Ateneo le rindió ayer homenaje y su hijo Manuel Barrios Casares, como buen decano de Filosofía, adaptó un refrán alemán para condenar "un tiempo de ayudas de cámara que no cree en los héroes".
La biológica, "Ducados, Olivertti y trasnochar", ocurrió el 24 de febrero de este año. El Ateneo le rindió ayer homenaje y su hijo Manuel Barrios Casares, como buen decano de Filosofía, adaptó un refrán alemán para condenar "un tiempo de ayudas de cámara que no cree en los héroes".
http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/1277324/emotivo/recuerdo/manuel/barrios/ateneo/carg/su/hijo.html
Cultura
«Manuel Barrios luchó contra los molinos de viento de la progresía»
El Ateneo organizó un homenaje al escritor y periodista fallecido el pasado mes de febrero
Día 07/06/2012
Miguel Cruz Giráldez, Manuel y María Teresa Barrios Casares y Francisco Robles, antes de iniciarse el acto en el Ateneo |
FELIPE GUZMÁN
El
Ateneo organizó ayer un acto en el que se recordó la figura del
recientemente desaparecido Manuel Barrios (San Fernando, 1924-Sevilla,
2012). En este emotivo homenaje se glosó la figura de un periodista
independiente que siempre luchó por la libertad a contracorriente,
además de resaltar su gran valor como escritor gracias a novelas como
«Epitafio para un señorito», con la que ganó el Premio Ateneo en 1972.
Inició
el turno de intervenciones el profesor de literatura y adjunto a la
presidencia del Ateneo, Miguel Cruz Giráldez, quien resaltó ante todo
que Barrios fue «un hombre de letras polifacético», además de destacar
su valor como representante del movimiento de los «narraluces». Este
experto se detuvo en la profusa producción literaria de este periodista y
escritor, subrayando el hecho de que publicase 70 títulos y que
obtuviese 44 premios. Recordó, además, su condición de «periodista de
raza», valorando sus columnas, «ya que era un francotirador que
disparaba contra todo lo que se movía», siendo especialmente fustigante
contra el gobierno de Felipe González en sus últimos años de mandato,
cuando colaboraba con ABC.
El
acto continuó con la participación del columnista de ABC Francisco
Robles. Éste recordó cuando siendo adolescente leyó la novela «Epitafio
para un señorito», «que me deslumbró y me sirvió de acicate para la
rebeldía». Robles escribió además un artículo el año pasado con el
título de esta obra. Asimismo, este periodista comentó que «nadie
preveía que el señorito iba a mutar: la apariencia ha cambiado pero el
interior es el mismo; por eso, para comprender la Andalucía de hoy hay
que leer a Manuel Barrios».
Por
otra parte, Robles comentó que «lo que le molestaba al poder era la
rebeldía de Barrios, pues no se callaba al estar comprometido con su
verdad». También resaltó su figura como impulsor del flamenco, al
«conjugar la cultura de altos vuelos con lo mejor del flamenco», a la
vez que citó memorables artículos, como los dos que escribió en ABC
sobre Antonio Núñez Montoya, «Chocolate».
Cerró
el acto el hijo del homenajeado, Manuel Barrios Casares, decano de la
Facultad de Filosofía. Éste reconoció que «mi padre quiso y pudo vivir
como un hombre libre, pero pagó un precio». Además, afirmó que «luchó
contra el neofeudalismo andaluz, como un don Quijote contra los molinos
de viento de la progresía».
No hay comentarios:
Publicar un comentario