BONEZZI, IN MEMORIAM
A.
Brea
Me pide mi amigo Javier Compás que
dedique unas líneas en La Clave Cultural
a la prematura desaparición del prolífico compositor Bernardo Bonezzi. Petición que me pone en un
pequeño brete, puesto que Bonezzi jamás ha formado parte de mi particular Olimpo
musical, contrariamente a lo que el presidente de la asociación que promueve
este blog haya podido suponer por
causa de un breve panegírico fúnebre que publiqué en una red social, a las
pocas horas del anuncio de la defunción del conocido músico. En realidad, si
algo me condujo a ello fue la conmoción producida por la muerte de una popular
figura de mi generación, la nacida en los años sesenta del pasado siglo, que ha
dejado de ser joven para adentrarse en las tranquilas aguas de la madurez.
A diferencia de otros artistas de su
época, recientemente desaparecidos, como Enrique Urquijo o Antonio Vega, la
falta de carisma y dotes vocales de Bonezzi le impidieron hacer grandes
aportaciones a la historia del Pop hispano. Con una notable excepción, la
simpática Groenlandia, canción
imprescindible en innumerables fiestas, que lanzara hace más de treinta años al
frente de su grupo Los Zombies, coincidente en nombre con una de las mejores
bandas del beat británico de los
Sesenta. Precisamente fue la nostalgia de los Sesenta, mezclada con la
provocación post-punk y una cierta reivindicación gay, una de las
características de aquella Movida -versión española de la New Wave anglosajona- en la que Bernardo Bonezzi participó
activamente, antes de aprovechar sus indiscutibles habilidades musicales para
desarrollar una notable carrera como autor de bandas sonoras de películas y
series de televisión.
Como colofón a su trayectoria vital,
la coincidencia de su muerte con la de Carlos Larrañaga, protagonista de Farmacia de Guardia, el serial
televisivo más popular entre aquellos a los que Bonezzi prestó su música, fue
un curioso guiño del destino que reforzó, de forma recíproca, el impacto
mediático de dos noticias que nos recordaron, tristemente, la fugacidad de
nuestra propia existencia.
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