Laura Fernández El Mundo 22/10/10
Nadie sabe como ha sido, pero Jardiel se ha puesto de moda. Con él han vuelto Lady Brums, la mujer del millón de amantes y los maridos moribundos y Zamb, el príncipe violeta que queriendo irse a Australia acabó en el Polo Norte. Y, por supuesto, ha vuelto Dios y han vuelto Perico Espasa, el entrevistador gay de Dios, y su mejor amigo, el novelista inconformista Francisco Orellana. Protagonistas los cuatro (y el millón de amantes de Sylvia Brums) de las dos novelas del genio del humor absurdo que la editorial Blackie Books acaba de rescatar: 'Amor se escribe sin hache' y la descacharrante 'La tournée de Dios'.
Ésta última, por cierto, llegará a librerías coincidiendo con la visita del Papa a Barcelona y la editorial ha contratado a Leo Bassi para que monte un numerito que, de buen seguro, habría encantado a Jardiel, el tipo que quiso reírse de las novelas de amor y acabó carteándose con Dios (sólo fue telegrama literario, pero algo es algo). En cualquier caso, he aquí las diez razones que da su editor, Jan Martí, para su vuelta:
"Para reproponerlo desprejuiciadamente. Pretendemos pensar que formamos parte de una generación que ya tiene permiso para hacer eso. Para elegir no hablar de justicias o injusticias históricas. No queremos llamarlo rescate, reivindicación, no queremos contar lo mal que le ha ido a la fama de Jardiel el hecho de no ser un exiliado, ni de lo solo que murió. Vamos a intentar que se lea como si fuera un autor de ahora, un amigo nuestro o algo así".
"Por la actualidad de su humor. Jardiel es modernísimo. Si pudiéramos tomar cañas esta noche con él, estamos seguros de que nos seguiría enamorando".
"El humor de Jardiel se está haciendo ya en nuestras calles. Este humor tan presente aun, entre lo absurdo, lo cruel y la simple bromita. Es el abuelo de una tradición que enlazaría con Faemino y Cansado y llegaría a Muchachada Nui".
"Por su genialidad como escritor, como hilador de historias, como guionista de diálogos imposibles, de situaciones descacharrantes, de imágenes inolvidables. Para demostrar que se puede llegar a cotas de ingenio e inspiración elevadísimas, mucho más de lo que estamos acostumbrados, mucho más que aquellas con las que nos conformamos".
"Porque Jardiel es, en el fondo, un gran irónico, y eso es la mejor demostración de inteligencia que hay. Hace falta mucha más ironía en nuestro mundo. El humor difícil, el doble sentido, la ironía nos hará mejores".
"Porque nos interesa su visión 'contra la humanidad'. Es un misántropo, ni misógino ni andrógino. Está muy bien eso de que te caiga mal la humanidad. Es lo mismo que necesitar mucho amor".
"Ah, y porque además queremos creer que formamos parte de una generación que ya no se ofende. Y eso no sólo va con las mujeres, ni mucho menos. Se trata más bien de la ofensa en sí. Es un concepto algo demodé, eso de ofenderse. Es una actitud poco creativa, pasiva, nada constructiva. A veces somos muy susceptibles, hay que entrenar contra eso. Jardiel puede ser nuestro 'coach'".
"Porque Jardiel es más crítico de lo que parece. Su humor siempre nace del dolor, de constataciones dolorosas, es siempre una crítica, una respuesta. Y lo más importante: hay un compromiso en esa crítica, en esa crítica a la humanidad. Para nosotros Jardiel es como un Nietzsche con sentido del humor (bueno, tampoco sabemos si el bigotes era el rey de la fiesta en la intimidad). Como pasa a veces en estos casos, detrás de una posición nihilista se esconden, de una manera extraña pero reveladora, unas ganas tremendas de vivir. De otra manera".
"Porque hacía tiempo que no nos reíamos tanto con algo. Simplemente por eso. Para descojonarse un rato, o muchos ratos, con todo, de Dios, de España, de los hombres, de las mujeres, del humor, de la infidelidad, del amor, de las novelas de amor
¡Me apunto a esas cañas!
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