“Ella se quitó
los lentes sin sorpresa, con un dominio absoluto, y lo encandiló con su risa
solar”. No recuerdo el año exacto en que leí El amor en los tiempos del cólera, si sé que, desde que la leí cada
vez que me preguntan cuál es mi novela favorita, lo más probable es que la cite
como tal, a mí sí que me encandiló la prosa jugosa y entera, redonda en la
boca, de García Márquez, la riqueza de vocabulario, como un depósito rebosante
de palabras, siempre bien puestas, en su sitio y en su ritmo.
Ha muerto
Gabriel García Márquez, escritor, no diré más, no quiero juzgar al hombre, que
no me era simpático, como tampoco me lo son Picasso o Alberti. ¿Qué importa lo
que yo piense de él? Importa que, como el caudaloso y pausado río Magdalena de
la citada novela, la creatividad de Gabo fue también rica y plena, llena de
inmensas páginas que quedan después del hombre.
Javier Compás
No hay comentarios:
Publicar un comentario