25 años de la
muerte de uno de los fundadores de las J.O.N.S.
El 17 de Abril se ha cumplido el 25 aniversario de la muerte en Madrid de
Juan Aparicio López, periodista de temprana vocación, poeta, escritor y
colaborador desde los primeros tiempos de “La Conquista del Estado” del
fundador de la J.O.N.S. Ramiro Ledesma Ramos. Aparicio había nacido en la
granadina población de Guadix un 29 de Julio de 1906. Ya con 12 años funda un
semanario en el instituto de Almería donde cursaba sus estudios. Posteriormente
estudia Derecho en Granada y, precisamente, allí recoge de uno de sus
profesores, el socialista Fernando de los Ríos, la idea de tomar el yugo y las
flechas como emblema de las J.O.N.S., él mismo lo cuenta en una entrevista que
le hizo en 1967 Pedro Rodríguez publicada en Arriba y que merece la pena
reproducir aquí con sus mismas palabras:
“Para
explicar esta historia, que muy pocos conocen, hay que situarnos en 1931. Es
asombrosa esta cabal satisfacción de haber visto, al cabo de los años como lo
que eran cábalas, elucubraciones literarias o incluso políticas, han plasmado
símbolos por los que ha muerto mucha gente y que han amparado a mucha gente
más. Yo nací en Guadix. Al reconquistarla los Reyes Católicos en 1489, a las
puertas de Granada, le otorgaron el 'stegmma' del yugo y las flechas. ¿Sabe
usted una cosa? No, no la sabrá. Hay un opúsculo del catedrático Maldonado en
el que hace un estudio genial situando el yugo y las flechas en Virgilio, como
un símbolo de la Roma imperial cuando superó un período de anarquía. ¿Sabe lo
que ellos veían en el yugo?... Pues el 'devellare superbos' y el levantar a los
humildes. Aquel yugo y aquellas flechas de Virgilio los recogió Nebrija que se
lo propuso a los Reyes Católicos como un símbolo de la unidad después del
período decadente de Enrique IV. Fernando e Isabel se lo iban dando a las
tierras conquistadas y lo iban grabando, según avanzaban. ¿Sabe? Desde que tuve
uso de razón el yugo y las flechas me rodeaban en Guadix: estaba en la plaza,
en las fuentes, en las torres y hasta en los papeles del casino que lo usaban
como emblema. Lo que son las cosas. En 1924, cuando yo estudiaba Derecho en
Granada, nos llevó el catedrático socialista Fernando de los Ríos a ver una
capilla. En su verja, en 1924, estaba grabado el yugo y las flechas. El se
volvió y nos dijo: 'Este podía ser el emblema de un faschismo español'. Él
decía 'faschismo'. Bueno, a donde iba: Yo era Secretario General de las JONS,
con Ramiro. A Ramiro, que no era nada simpático, pero era un hombre genial, se
le había ocurrido como símbolo una garra hispánica, incluso la llevaba bordada
sobre un jersey amarillo con el que iba a esquiar. Debajo de la garra, el lema
era: 'No parar hasta conquistar'. Una vez le escribió una carta al comandante
Franco, a Ramón Franco, y le decía: 'Hay que hacer la revolución hispánica' y
había puesto la garra rodeada de pistolas. Yo intenté convencerle del yugo y
las flechas, pero tenía muchos reparos a lo del yugo: 'La gente va a pensar
otra cosa'. Incluso llegamos a un intermedio: la garra empuñando las flechas. Y
fue Roberto Escribano, cuyo padre, farmacéutico, había inventado la
'sanoaspirina', el primero que dibujó, en la edad contemporánea, el yugo y las
flechas. Onésimo, que tenía los mismos reparos al yugo quedó convencido en 1931
y en aquel manifiesto, de cuatro hojas, apareció impreso el emblema. Por
cierto, que en 1933, cuando empezamos a colaborar con José Antonio, Sánchez
Mazas había llegado –y pronunció una conferencia sobre ello– a lo del yugo y las flechas por distintos caminos que el
mío, que el de Guadix. Y por cierto, también que yo expuse mi teoría en un poema en
prosa, que firmé con mis iniciales, J. A.,
porque en el mismo número escribía otra cosa sobre las camisas.
Y mire usted por donde, cuando la guerra, todos creyeron que el poema estaba
firmado por José Antonio”.
Pero no
fue la única aportación de Juan Aparicio a la simbología falangista, ya que
también ideó la bandera roja y negra, así como el grito de “España, una, grande
y libre”. La idea era atraer, si no a socialistas y comunistas al nuevo movimiento,
si, al menos a sindicalistas procedentes del anarquismo que, como él, que había
coqueteado con el comunismo cierto tiempo, sintieran un profundo amor por
España y un enraizado patriotismo.
En su
vertiente literaria, colaboró con Ernesto Giménez Caballero en la Gaceta
Literaria, luego, ya en las J.O.N.S., se encargó de la Secretaría de Redacción
y de la edición de la revista JONS. En 1932 comenzó a colaborar en El Sol, en marzo de 1933 participa en
el Fascio, y desde de junio de 1933 trabaja en Informaciones. Cuando en febrero de 1934 se produjo la fusión
entre Falange Española y las JONS, le fue asignado a Juan Aparicio
el carnet número 7. En enero de 1935 figura Aparicio entre los dirigentes de
las JONS que deciden abandonar la disciplina de Falange Española de las JONS.
Comienza a trabajar en el diario Ya
como editorialista.
Tras el
estallido de la Guerra Civil, llega a Salamanca donde entraría en el aparato de
prensa y propaganda del nuevo régimen junto a Giménez Caballero, se hacen cargo
de La Gaceta Regional de Salamanca.
Tras la
Guerra dirigió la Delegación Nacional de Prensa, fundó varias publicaciones y
la Escuela Oficial de Periodismo, donde terminó de profesor, sin más cargos,
tras la llegada de los tecnócratas del Opus Dei al poder y el relegamiento de
los nacional sindicalistas dentro del régimen franquista.
A. C. Ademán
No hay comentarios:
Publicar un comentario