jueves, 17 de noviembre de 2011

La Columna de Loma




El mal menor

Todavía queda gente que piensa que, junto a los tremendos problemas económicos que tenemos encima, también padecemos una profunda crisis de naturaleza moral, cuyos efectos resultan de no menor gravedad. Son esos que, ante el manifiesto rechazo que les produce el interesado y poderoso discurso oficial que reduce toda cuestión electoral a simples soluciones económicas, dejando al margen otras graves materias, son objeto de múltiples intentos para convencerles y reconducirlos hacia el llamado voto útil, mediante el consabido argumento del «mal menor». Pero esto del mal menor, recuerda un viejo cuentecillo de final inquietante... 
Había una vez un hombre que fue secuestrado por unos facinerosos que acabaron dejándolo abandonado en una isla; y cada cuatro años le visitaban obligándole a elegir entre dos opciones: A o B. Como nuestro hombre era muy sensato, tras una serena reflexión siempre optaba por la opción menos dañina, aplicando el principio del mal menor. Así, cuando la primera vez le ofrecieron A (sacarle los dos ojos), o  B (sacarle solo uno), nuestro hombre eligió esta última, quedando tuerto a partir de entonces. Transcurridos cuatro años, nuevamente se presentaron los «generosos» proponentes en la isla, obligándole esta vez a elegir entre A (sacarle el ojo que le quedaba y además arrancarle la lengua), o B (sólo sacarle el ojo); ante lo que nuestro prudente hombre, tras meditarlo serenamente, volvió a elegir la opción B. Después de sucesivas visitas de los facinerosos, y como era previsible, nuestro buen hombre acabó en la isla quedando sin ojos, sin lengua, sin orejas, sin nariz, sin brazos y sin piernas. Dicen que sus últimos días se los pasó reflexionando largamente (tampoco tenía más alternativas) por qué extraña razón, pese a que sus elecciones siempre fueron guiadas por el sabio principio del mal menor, había acabado hecho una croqueta humana rodando sin rumbo por la arena.
Y además sin ninguna utilidad, porque en la isla ni siquiera había caníbales.
         


1 comentario:

  1. El que el zotal sea bueno contra las garrapatas no quiere decir que se lo tenga uno que beber. El PP es el único zotal de que disponemos para librarnos de las garrapatas.

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