martes, 29 de octubre de 2013

Acto cultural de homenaje a Mercedes Fórmica

Estimado/a amigo/a de ADEMÁN:
 


Por vez primera se va a tributar en Sevilla un homenaje a la abogada y
escritora Mercedes Fórmica
.

La hoy ensombrecida figura de Mercedes Fórmica merece un valiente y justo
rescate por todo lo que supone, pero sobre todo por el arrojo personal de su
ejemplo y la trascendencia social que supuso la reforma legal sobre los
derechos de la mujer española que ella provocó.

Mercedes Fórmica, como tantas otras figuras a las que se pretenden mantener
en el más absoluto de los olvidos va a tener un merecido homenaje el 
jueves 7 de noviembre a las 19'00 horas en la Casa de la Provincia de Sevilla
(Plaza del Triunfo nº 1)

En ese homenaje queremos contar con tu asistencia
y para ello te hacemos llegar esta invitación personal.


Aprovechando la ocasión para saludarte,
Atentamente,

Presidente de la A.C. ADEMÁN

viernes, 25 de octubre de 2013

SE PRESENTÓ ‘LA URDIDUMBRE DEL TIEMPO’ GANADORA DEL PREMIO LUYS SANTAMARINA


José María Antón se ha alzado con el Premio Internacional de Literatura Luys Santamarina con el poemario “La urdidumbre del tiempo”. Antón es profesor de literatura y ayer presentó su obra en el Ateneo de Sevilla después de haberlo hecho en Cieza (Murcia), lugar donde se dió a conocer el fallo del jurado.
El Premio Internacional de Literatura Luys Santamarina alcanza en 2013 su XVIII edición impulsada por la Asociación “Pueblo y Arte” que preside el escritor Eduardo López Pascual. Como novedad, este año se ha sumado la Asociación Cultural ADEMÁN a la difusión de este premio y ayer se presentó en Sevilla con la asistencia de su presidente, Javier Compás, y el Vicepresidente del Ateneo de Sevilla, el profesor Miguel Cruz.
La obra ha sido editada por Ediciones Vitrubio.



(En la foto, José María Antón –izqda- y Eduardo L. Pascual –derecha-).

lunes, 21 de octubre de 2013

XVIII Premio Internacional de Poesía Luys Santamarina

Jueves 24 de octubre.

Presentación del libro 

'La Urdimbre del Tiempo',

 obra ganadora del 

XVIII Premio Internacional de Poesía
 Luys Santamarina

del autor  

José Mª Antón Morla.
 


Organizado por la  

Asociación Cultural Ademán  

y Editado por  

Editorial Vitrubio



Con asistencia de  

Eduardo López Pascual,

 Presidente del Jurado, y
Presidente de la 

Asociación Cultural Pueblo y Arte de Cieza.



Jueves 24 de octubre

19.00 horas
Salón de Actos del Ateneo

sábado, 19 de octubre de 2013

Presentación de La Lluvia de Antonio Rivero Taravillo

En el café cultural La Mercería, en apacible tarde de otoño, sin apenas nubes sobre las malnacidas setas de la Encarnación, cayó el jueves 17 de octubre, un chaparrón, un aguacero de buena literatura. Editada por la sevillana editorial Renacimiento en su colección de poesía Calle del Aire, se presentó la obra más reciente del escritor y traductor, Antonio Rivero Taravillo. Bellas palabras las pronunciadas por el también poeta sevillano Juan Lamillar presentado obra y autor, seguidas por el agradecimiento a los presentes que abarrotaban el local, la mayoría de pie al no quedar sitio libre, unas palabras sobre su obra y la lectura de algunos poemas de la misma. Rivero se pasó un buen rato, terminada la presentación, dedicando libros a los que hasta él se acercaron.
A. C. Ademán

miércoles, 16 de octubre de 2013

EL VALOR DE LA CALLE por @jfelixmachuca

EL VALOR DE LA CALLE

Miedo hay que tener a descubrirte con miedo a la libertad. La calle hay que defenderla

 

También las calles las está perdiendo la clase media. En esta guerra sin tiros pero con seis millones de bajas, aumento de las clases enriquecidas, tragedias familiares, dramas universitarios y matrimonios rotos por el catalizador canalla de una crisis que huele a estafa, las clases medias siguen perdiendo la guerra. Y cada día el parte de bajas aumenta. Ahora estamos perdiendo las calles. Poco a poco. A paso de costalero guapo. Llevando el barco sobre los pies y moviéndose al compás de la marcha que toca la corrección política. Soleá dame la mano. Dame la mano que es mucha la soledad de esta clase social que lo está perdiendo todo: el trabajo, la dignidad, el sustento, ¿el futuro?, no, eso está lejísimo, está perdiendo el presente. Y con el presente está perdiendo las calles, el ágora, el foro donde se encuentra la ciudadanía para presentar un libro, para homenajear a las víctimas caídas por la España constitucional en el Afganistán vasco de la capucha, el hacha y la víbora. En esta guerra también estamos perdiendo las calles. Os lo digo con la verdad y la desnudez del que nunca comió del pesebre y que, orgullosamente, en esta curva ya pronunciada de mi vida, puede decir, de la mano del Beni, que en mi hambre mando yo. Hasta que mande el hambre más que yo. Y entonces engrosaremos la lista de caídos. Todo es posible en la guerra. 


La semana pasada y la anterior, según el parte de guerra, perdimos dos nuevas posiciones estratégicas. Una en una librería donde se negaron a presentar un libro sobre José Antonio. El miedo es el termómetro del fascismo, del toro que se vuelve buey de carretón. Esta España, a pesar de lo que tan hermosamente cantara Hernández, se ha vuelto un pueblo de bueyes. El toro, esa negra espuma de la tarde, se ha dormido. Y con Hernández hay que hacer sonar las latas y brillar las picas para que despierte. Alza, toro de España, levántate, despierta…, escribía el alma dolida de un Hernández patriota. Una librería se negó a dar cobijo a un escritor que había escrito sobre José Antonio. Y lo hicieron por miedo. Cuando miedo hay que tener a descubrirte con miedo a negar la libertad de expresión. Si yo tuviera un martillo, como aquella canción de Trini López que bailamos en nuestra perdida juventud, remachaba las puntillas que consagran las cuadernas constitucionales de las libertades para que, por ninguna rendija, entrara el miedo a la libertad. La clase media perdió aquel día una colina estratégica. Y el sábado, en la Pescadería, perdió toda la caja del pescao. Nos robaron el pescao de manera humillante. 

Alza, toro de España, levántate, despierta. Tanto nos ha dormido el opio de la equidistancia, la morfina del panfilismo político que, el Día Nacional, un grupo de personas fue agredido salvajemente por una partida de jabalíes montunos que asaltaron la calle que nos pertenece. Esa calle llamada libertad. Libertad de reunión, de expresión y de manifestación. Los agredidos portaban banderas constitucionales. Y proclamaban el derecho inalienable de disfrutar del Día de todos los españoles reivindicando el Peñón. Yo no quiero del Peñón ni las chocolatinas «After Eight». ¿Soportar en este traje mal hilvanado por los nacionalismos soberanistas que aún es España a cuatro llanitos creyéndose el culo de la reina Isabel II? Tequieiyá. Pero estaban en su absoluto derecho de reivindicar el Peñón como otros salen a la calle con banderas republicanas a reivindicar la República y nadie les asalta, ni les canea, ni arroja brutalmente botellas de cervezas a las mujeres. Simplemente porque están en su derecho de hacerlo. Pero parece que las calles solo son de quienes se la roban a la libertad. E intimidan a los medrosos, a los pusilánimes. La calle no puede perderla la libertad a manos del infestas bacterias que afloran con la crisis. La calle es nuestro toro. Y ese toro, para finalizar con Hernández, es una clase media que busca las tablas porque no se despertó como despierta un toro, cuando se le acomete con traiciones lobunas… 

publicado en ABC de Sevilla el 16 de Octubre de 2013

martes, 15 de octubre de 2013

Rafael G. Serrano. La pluma afilada.

LA PLUMA MÁS AFILADA
Verano de sol y de toros, en un pueblo dorado de un mundo que murió
Pascual Tamburri Bariain
Rafael García Serrano es uno de los autores malditos pero inevitables de la prosa española del siglo XX. Vanguardista y castigado por sus ideas, muchos le deben mucho.

PLUMA AFILADA Y OLVIDADA
Rafael García Serrano. Las vacas de Olite (y otros asuntos de toros). Toros de Iberia (6 historias de toros). Homo Legens, Madrid, 2012. 206 pp. 20,00 €.
UN NUEVO GÉNERO
VV.AA. Antología del microrrelato español (1906-2011). El cuarto género narrativo. Edición de Irene Andrés-Suárez. Cátedra Letras Hispánicas, Madrid, 2012. 528 pp. 13,20 €.
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Si la hiperbrevedad y la narratividad son rasgos definitivos del ´cuarto género narrativo´, o sea el microrrelato, es innegable que su creador más leído en Italia fue Giovanni Guareschi y en la generación siguiente lo ha sido en España Rafael García Serrano. Pero así como podemos discutir con los eruditos sobre qué es y no es un microrrelato, es difícil negar que la crítica literaria ha sido en Europa Occidental bastante más que sectaria durante los últimos 70 años; lo que hizo del autor de Don Camillo un autor de éxito entre los lectores y un paria para la cultura oficial. Y andando en tiempo lo mismo habría de pasar –aquí tenemos la prueba- con el autor de Eugenio: considerando el estilo y los rasgos de Rafael García Serrano, cómo la estimable antología de Cátedra, una iniciativa seguramente necesaria que reúne a setenta y tres escritores fundamentalmente del siglo XX, excluye precisamente a todo su entorno intelectual, cultural, periodístico, humano y, oh, político. No porque le falte calidad, hiperbrevedad o narratividad, sino porque es de temer que para los gustos de este tiempo de crisis y decadencia a él y a sus amigos les faltasen otras cosas.

Ignorado quizá por el público académico y el público editor, valga el oxímoron, Rafael García Serrano enamoró al público lector –en prensa, en ficción y en todo tipo de prosa- desde que era poco más que un adolescente. Pocos como él en su siglo han contado historias, más breves y brevísimas que largas, y lo han hecho tocando todos los palos de la narrativa, desde lo puramente onírico hasta lo político, desde lo folklórico hasta lo futurista. Siempre con un gusto por la historia y con otro, no menor y casi nunca disimulado, por el humor. Relato menor o microrrelato, lo cierto es que contar la prosa de aquel siglo sin su presencia es un desafío que roza lo improbable.

Lo que hace Homo Legens es recuperar para el lector de la generación de los nietos, castigado por el silencio, el olvido y la mentira, dos piezas importantes si no centrales de la prosa del navarro. Por un lado, Las vacas de Olite nos lleva a los recuerdos festivos de García Serrano en la ciudad del castillo, en casa y compañía de Juan José Ochoa. Olite, que lleva unos cuantos años regodeándose en la invención de memorias y desmemorias de una Edad Media ideal a gusto de horteras, iletrados y maestros locales, fue protagonista para García Serrano y fue patria de Ochoa, y las dos cosas las ha olvidado y las ignora. Pocas ciudades habrán merecido tanto amor adolescente como el que García Serrano demostró por Olite hasta el último día y la última línea; y pocos amores tan ignorados, despreciados y maltratados por los ediles y los ilustres locales que han negado hasta hoy, y para vergüenza de ellos que no de él, hasta una calle al escritor pamplonés. Menos mal que existen los libros, para poder hacer memoria y en su momento enderezarla, porque como tuviésemos que confiar a la lealtad de los olitejos la memoria de Rafael García Serrano mal iríamos.

García Serrano, marcado por la experiencia de la Vieja Guardia y de la Guerra Civil, enamorado de Olite siendo adolescente y de Italia siendo joven (qué mejor combinación por lo demás), nunca dejó de escribir, pero pese a su erudición y su amenidad Los toros de Ibera recibieron el mismo castigo en vida y póstumo que toda la obra del navarro: la marginación y el intento de olvido que sólo por su simpatía ha podido vencer y remontar poco a poco. Lo de menos son los toros, aunque aquí sean lo más. El que se acerque a estas páginas se va a divertir, se va a entretener, va a aprender y antes que nada va a aprender a escribir. Por lo demás, todos los que hemos leído a Rafael García Serrano, desde el Eugenio a Quinto Centenario y desde Jerarquía y el Arriba España a El Alcázar no sólo sabemos que merece éste y cualquier homenaje que se le quiera dar, es que además fue en vida y sigue siendo hoy un maestro de ese uso breve, afilado, incisivo, hiriente y extremadamente eficaz de la pluma al que otros han dado en llamar, oh sorpresa, microrrelato.

Lo que más bien tenemos que preguntarnos es qué hemos hecho con nuestra literatura en particular y con nuestra cultura en general como para que en una antología del microrrelato español contemporáneo en lengua castellana estén Alfonso Sastre, Espido Freire, Pablo Antoñana y José Bergamín, alegremente, y el olvido sea el único testimonio de Luys de Santamarina, Rafael Sánchez Mazas, Ernesto Giménez Caballero, Dionisio Ridruejo, Ángel María Pascual, Agustín de Foxá, Fernando Vizcaíno Casas o Rafael García Serrano. Todos ellos precursores del microrrelato, narradores brillantes, personajes innovadores y plumas afiladas cada uno a su manera, y sin embargo segregados de la versión oficiosamente correcta de la cultura española. Algo nos ha pasado, si sus obras no se reeditan por las editoriales más pomposas, si no se les elige para las antologías pese a haber sido y seguir siendo de los más leídos y de calidad más contrastada. Algo nos ha pasado, y tiene que pasar, hasta que esas "dos Españas" que sobreviven avinagradas en la literatura y por culpa de los críticos, los docentes y, ay, los malos escritores de hoy, desaparezcan y dejen paso a una sola España con una sola literatura, con o sin este nuevo género pero indudablemente con Rafael García Serrano.


 
 
 
 
http://www.elsemanaldigital.com/verano-de-sol-y-de-toros-en-un-pueblo-dorado-de-un-mundo-que-murio-131060.htm