viernes, 24 de agosto de 2012

El verdadero Aragon de Tolkien.

Roy Campbell. España salvó mi alma
Libros Libres
¿Por qué proclamó el poeta surafricano Roy Campbell (1901-1957) que España había salvado su alma? Porque fue en Altea donde en 1935 completó su conversión al catolicismo. Porque el sacerdote que le bautizó fue luego asesinado en odio a la fe. Porque en 1936, en Toledo, vio caer mártires a sus amigos carmelitas. Porque ellos le confiaron en custodia los manuscritos de San Juan de la Cruz. Porque se jugó la vida para impedir su destrucción por los milicianos. Porque tradujo al inglés con belleza aún no igualada los versos místicos del santo. Porque vació su espíritu en el más intenso poema sobre la guerra civil, Flowering Rifle. Porque apoyó al bando nacional ante la amenaza que suponía el comunismo para la civilización cristiana. Roy Campbell conoció el Oxford de una época literariamente irrepetible. Se vinculó a Virginia Woolf y el círculo de Bloomsbury y se desvinculó después ante el desprecio de aquel progresismo decadente hacia las virtudes más elementales. Su mismo matrimonio con Mary Garman, a pesar de que se amaron sin fisuras hasta el final, lo sufrió en sus propias carnes. Y fue amigo de C.S. Lewis, Evelyn Waugh, TS Eliot y JRR Tolkien, quien vio representado en él uno de sus personajes de El Señor de los Anillos: nada menos que Aragorn. Una vida, pues, que valía la pena contar, y que la contase un biógrafo de renombre como Joseph Pearce, rescatando para España la memoria de un hombre que la amó hasta sus últimas consecuencias.

jueves, 23 de agosto de 2012

Luis Rosales en la Biblioteca Nacional

La Biblioteca Nacional afronta un mes de septiembre cargado de actos culturales.
lainformacion.com
La inauguración de dos exposiciones, la primera dedicada al fotógrafo hispano húngaro Juan Gyenes, y la segunda, 'El libro como...', en la que el protagonista principal es el público, marcan la programación cultural de la Biblioteca Nacional de España en el mes de septiembre.
El día 13 se inaugurará 'Gyenes. Maestro fotógrafo', que reúne las imágenes más relevantes de Juan Gyenes (1912 - 1995), uno de los fotógrafos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, cuya cámara fue testigo de los más importantes acontecimientos políticos, culturales y sociales de su época.
La muestra, que estará expuesta hasta el 18 de noviembre, se articula en cinco apartados: fotos icónicas, álbum personal, retratismo, artes escénicas y rarezas. Gyenes retrató en blanco y negro la España del siglo XX, importándole más la luz que las ideologías.
Por otro lado, el jueves 27 se abrirá al público la exposición 'El libro como...', organizada por la BNE y Acción Cultural Española (ACE), que se podrá visitar hasta mediados de enero del próximo año.
En ella se plantea una intervención interactiva a partir de objetos y libros de artistas de la BNE, cuya percepción será modificada y completada a través de sonidos, imágenes de vídeo y olores, alcanzando la transmisión de experiencias sensoriales por medio de los libros, en un intento de reflexión sobre el futuro del libro como soporte artístico.
VOCABULARIO PROVINCIAL AMERICANO
El martes 18 se presentará el libro 'Vocabulario provincial americano y otros léxicos' de Bartolomé José Gallardo, con introducción y transcripción de Francisco Calero y Valentín Moreno. Editado por la Biblioteca de Extremadura, dentro de los actos Extremadura en las Cortes de 1812, es el número 6 de su colección Alborayque Libros.
Coincidiendo con la exposición 'El mito trágico de Raquel Meller' (1888 - 1962), el miércoles 19 a las 18:30 horas , se proyectará la cinta Carmen, de Jacques Feyder, con la colaboración de la Filmoteca Española. El jueves 27 se celebrará la conferencia Luis Rosales: un poeta en su selva a cargo de Luis Rosales Fouz. Se trata de un homenaje a Luis Rosales con motivo del Tricentenario de la BNE.
Por otro lado, los martes y viernes de septiembre, a las seis de la tarde, continuará el ciclo de cine homenaje a Tarzán, con motivo del centenario de la publicación de la primera novela del personaje, creado por Edgar Rice Burroughs en 1912. Se verán en versión original las películas 'Tarzán de los monos', 'Tarzán y su compañera', 'La fuga de Tarzán' y 'Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos'.
En septiembre continúan las visitas guiadas al Museo de la Biblioteca (de martes a viernes, de 11 a 14 horas), al Museo y al Salón de Lectura (para grupos, los martes a las 17:30 h, y los miércoles y jueves a las 17:00 h. Para el público en general, martes y viernes a las 17:00 h, y el último sábado del mes a las 12:00 h), y a la BNE (para grupos especiales de profesionales y universitarios, organizadas en función de sus intereses específicos, previa petición).

domingo, 19 de agosto de 2012

La Tristeza del Samurái de Víctor del Árbol.

Basura literaria. 
La deriva de Círculo de Lectores hacia la literatura más ramplona y comercial, salvo honrosas excepciones de muy buenas ediciones, es, ni más ni menos, lo que padecemos desde hace unos años en el mundillo literario, no sólo en esa revista de venta a domicilio, sino en otrora prestigiosas cadenas de librerías. No se educa al público, ¿para qué? es más fácil echarle carnaza en blanco sobre negro para seguir aumentando la superficialidad y los lugares comunes de los best sellers al uso. 
Y como en verano uno se echa en la mochila casi cualquier cosa para pasar el rato, consideré La Tristeza del Samurái, una posible buena opción de entretenimiento para ratos playeros. Lamentablemente, la citada novelita ha tenido, además, la desgracia de caer en mis manos entre un Vila Matas y un Sándor Márai, demasiado para el body, que diría mi prima Elena. La historia que narra Víctor del Árbol es una antología de lo políticamente correcto: protagonista lesbiana, visión desastrosa del matrimonio y la familia tradicional, supuesto "realismo sucio" y un burdo maniqueísmo donde, una vez más, se muestra a los vencedores de la Guerra Civil, como malos malísimos, no, más, no son solo malos, son una colección de monstruos sádicos, retorcidos, asesinos sin alma ni corazón, etc. , etc. Pero aquí se da un paso más, a los patéticos personajes creados por el autor se unen nombres de personas reales, en una abracadabrante trama que mezcla a los frikis creados por el autor con personas reales de la historia reciente de España.
Pero admitamos la libertad de creación del autor y su derecho a inventar la historia que quiera, pero es que además, todo está envuelto en una escritura torpe, pretenciosa, con unas metáforas y comparaciones ridículas, cuando no cursis e intrascendentes. Pero es que además el autor aplica mal adjetivos y sustantivos, inventándose incluso algunos de ellos, inexistentes, creo, en lengua española.
Si a lo largo del verano hemos recomendado algunas lecturas, permitannos que esta vez le recomendemos la NO lectura de esta enrevesada historieta de fascistas sádicos.

A. C. Ademán

lunes, 13 de agosto de 2012

Sánchez Gordillo de falangista hedillista a diputado de IU

En 1967 el hoy diputado de Izquierda Unida pidió información para ingresar en la guardia civil, además de ser simpatizante y acudir a actos del falangismo hedillista.

Por Ana Burrieza
Juan Manuel Sánchez Gordillo, el hombre del momento y conocido ahora por el gran público por su acción mediática de asaltar supermercados y ocupar tierras en una suerte de Robin Hood de izquierdas, no siempre fue así. En 1967 pidió información para ingresar en la guardia civil, hacia la que mostraba una gran simpatía, y simpatizaba con el falangismo hedillista tal y como recuerdan algunos falangistas sevillanos de la época. Casualmente su ahora bestia negra, el presidente andaluz José Antonio Griñán, también tuvo un pasado azul muy similar, como desveló Diario El Aguijón.
EXCLUSIVA DIARIO EL AGUIJÓN: El pasado falangista de José Antonio Griñán, actual presidente del PSOE, al descubierto
Ana Burrieza.11.08.12. El alcalde de Marinaleda (Sevilla) y ahora diputado de Izquierda Unida no siempre fue de izquierdas, o al menos no lo fue de la forma actual. El 16 de marzo de 1967, con quince años de edad, pidió información  junto a otros dos amigos, Francisco González y José Arjona, en la Comandancia de Sevilla de la Guardia Civil sobre lo necesario para ingresar en el cuerpo de la Benemérita, tal y como figura en los registros de la época, donde se hacían informes detallados de todos los movimientos y accesos a las instalaciones y motivos de la visitas. De haberse materializado el ingreso en el Instituto Armado, probablemente podría haber sido incluso uno de los guardias con los que negoció los desalojos de las tierras ocupadas en “Las Turquillas” , en lugar de uno de los ocupantes. Pero la vida da muchas vueltas y no fue así, y el camino que muchos andaluces escogieron como medio de vida, no fue finalmente el elegido por Sánchez Gordillo, quien años más tarde, en las elecciones municipales del 1979 alcanzaría la alcaldía de Marinaleda, donde permanece instalado desde entonces.

El falangista que ya entonces quería hacer la reforma agraria
Algunos amigos sevillanos de aquellos años recuerdan bien aquel pasaje sobre la petición de información para ingresar en la Guardia Civil, y otro no menos curioso: su filiación al falangismo hedillista. Ambos hechos resultan sorprendentes, especialmente hacia quien se ha querido presentar como un ejemplo viviente de la viabilidad de las fórmulas más autogestionarias, y especialmente centrado en reivindicar la reforma agraria y la entrega de las tierras a los campesinos andaluces. No parece casualidad que esa bandera fuera también esgrimida por el falangismo hedillista con mucha fuerza en Andalucía, y que la reforma agraria fuera uno de los puntos fundamentales del falangismo original de José Antonio. En 1970 se celebró en Sevilla un pequeño acto en el Hogar Cisneros de la OJE organizado por los falangistas de Sevilla y Huelva del Frente Sindicalista Revolucionario (FSR) al que acudió el médico gaditano Narciso Perales, uno de los firmantes del Manifiesto de los 100 que daría lugar al nacimiento de Comisiones Obreras y uno de los cabecillas de la disidencia falangista al franquismo*. A ese acto, también acudió Juan Manuel Sánchez Gordillo, según han recordado para Diario El Aguijón Alfonso Sotomayor y Enrique Alfonso ambos falangistas, y que estuvieron en ese acto. Allí, Narciso Perales, que fuera uno de los amigos personales de José Antonio, y lider de la fracción hedillista y antifranquista del falangismo, desgranó los puntos fundamentales que reivindicaban para Andalucía. Y entre ellos, la de la reforma agraria, la nacionalización de la banca y el reparto de tierras entre los campesinos, para que estos pasaran a ser propietarios de su propio medio de producción, o lo que es lo mismo, la autogestión basada el modelo yugoslavo. No se sabe bien si aquellas ideas se le quedaron grabadas a Sánchez Gordillo por aquel acto o por otros parecidos, pero lo que no hay ninguna duda es que 40 años después, Sánchez Gordillo sigue defendiendo en la práctica aquellos lemas, aunque bajos banderas bien distintas.


*Falangista contra el Caudillo. Gustavo Morales. Editorial Sepha.2007.

viernes, 10 de agosto de 2012

La controversia falangista de Ridruejo vista por El País

Ridruejo, la desesperación del exilio

Las cartas escritas desde París corroboran el irreversible desmarque de la dictadura del ex-falangista

Gloria de Ros y Dionisio Ridruejo en un viaje a Paris en el año 1962.

Dionisio Ridruejo había roto con el régimen que él ayudó a montar. El franquismo no se lo perdonó y le persiguió con saña. Franco aprovechó el ruido del contubernio de Múnich (en el que el exfalangista había participado y del que ahora se cumple medio siglo) para aislarle en París, donde el autor de Escrito en España vivió, desde 1962, dos años de exilio en los que combinó su rabia de expatriado con la preocupación familiar por la precaria situación en que vivían su mujer, Gloria de Ros, y sus dos hijos, Gloria y Dionisio, que habían nacido en 1947 y 1949.
Ahora publica la Fundación Banco de Santander las cartas que él le escribió a su mujer en ese periodo de su vida. Cartas íntimas desde el exilio, que han sido compiladas por los críticos Jordi Gracia y Jordi Amat. Coinciden, además, con la publicación en RBA de Ecos de Múnich, que recogen los escritos de Ridruejo relacionados con aquel contubernio en el que por primera vez participaron vencedores y vencidos de la Guerra Civil.
El “contubernio” (expresión con la que el régimen trató de desprestigiar la reunión), “ha salido en conjunto mejor de lo que era razonable esperar e incluso el inmenso beneficio de la reacción del Gobierno me parece una gracia caída de los cielos”, le dice Ridruejo a Gloria en la primera de estas cartas íntimas. Se le había abierto la posibilidad del destierro en España, pero Ridruejo no quiso aceptar esa oportunidad. “Lo que se ha hecho es lo único que puede dar confianza a la gente sobre el porvenir y yo no cejaré hasta llevar las cosas a sus mejores consecuencias”. Esa fue la razón “por la que no me apresuro a volver ni a aceptar la residencia en Fuerteventura —que es una isla dura pero preciosa— o en Carabanchel. Tengo mejores cosas que hacer por el momento. Cuando estas cosas estén hechas, volveré a España seguramente y que ellos tomen la responsabilidad”.
Volvió a España dos años más tarde. Después de algunas peripecias que narra con el pulso del poeta que fue, sorteó a la Guardia Civil en la frontera y se presentó de improviso en la casa de Madrid. “Parecía un fantasma”, dice su hijo Dionisio, que ahora tiene 63 años. Se fue de inmediato a su escritorio y le escribió una carta al director general de Seguridad, que era Carlos Arias Navarro. “No podía resignarme a quedarme extrañado de mi patria indefinidamente, haciendo creer, por añadidura, que mi pasividad significa iba asentimiento a esta situación anormal y penosa. No se trataba por mi parte de un desafío a la autoridad sino de una modesta reivindicación de derecho, que considero indeclinable, sin perjuicio de las medidas que el Gobierno pudiera considerarse en el deber de aplicar en consideración de mis actitudes políticas”. El Gobierno tomó represalias. Como había ocurrido antes, en condiciones menos dramáticas, lo encarcelaron y luego lo sometieron a una vigilancia que no se relajó hasta la muerte del general…

'Querida Gloria'

París, 2 de mayo de 1963
“Acabo de recibir el escrito y todo estaría bien si no fuera por el primer punto de la rectificación, que es un disparate. He escrito todo un libro para explicar cómo y por qué he dejado de ser falangista. ¿Cómo puedo ahora dejar decir que lo sigo siendo, invocar la División Azul y todo lo demás? Joaquín [Ruiz-Giménez] se ha equivocado: no necesito la defensa del disidente desde dentro sino la justificación de mis actos. Si 'Arriba' publica ese párrafo hará un inmenso daño a todo lo que he querido hacer y me presentará como un monigote. No tendré más remedio que evitar una aclaración, lo que me revienta pues es penoso para ti, que es quien firma. (...) En fin, tú no tienes la culpa y el culpable soy yo por no haberte advertido. Mi táctica no es la de echar agua al vino y escurrir el bulto. Estoy a la ofensiva y no a la defensiva”.
En aquella carta a Arias Navarro, Ridruejo le contó al que luego sería sucesor de Franco en la interinidad de la Transición los detalles de su viaje del exilio a su país. “Como V.I. debe saber, algunos agentes de ese servicio (policial) me raptaron en las proximidades de Bilbao, y después de mantenerme en su coche con los pretextos más ingeniosos y el trato más cortés, me devolvieron a territorio francés a la vista de San Juan de Luz. Explicaré que he empleado la palabra ‘rapto’ en sentido técnico y no peyorativo para indicar que no hubo ni detención ni identificación formales, ni pasaje por comisaría alguna, ni aceptación de mi deseo de que mi caso (…) fuera consultado con la superioridad, ya que mi intención no era la de disimularme”.
Se entregaba, tácitamente. “Y lo metieron en el trullo”, dice ahora su hijo. Su exilio lo pasó combinando oficios (editor, traductor, escritor), simulando ante Gloria, que una vez fue con los hijos a París, un bienestar inestable del que se quejó muy poco. Las cartas procuran una estabilidad familiar que en algún momento estuvo a punto de saltar por los aires. Fue en mayo de 1963, cuando el diario Arriba, del movimiento, lo acusó de favorecer “al partido del crimen, la checa y la tortura”. Su mujer, aconsejada por el exministro de Franco Joaquín Ruiz-Giménez, escribió una carta exculpatoria, aludiendo a los servicios prestados por Ridruejo en la Falange y en la División Azul. A él esa carta lo llenó de indignación, y respondió con una carta íntima, pero incendiaria. Esa carta tiene un alto valor documental, pues marca para siempre la voluntad de Ridruejo de desmarcarse de veras del régimen que contribuyó a crear. Jordi Gracia lo subraya así, explicando cómo se sale de la lectura de estas cartas: “Se sale con el ánimo tonificado por el equilibrio entre el sacrificio y el deber. Ridruejo asume costes humanos muy altos y se siente responsable de haber contribuido a una enorme catástrofe”.
Es la crónica personal de un exilio, señala el antólogo, “que muestra el precio que Dionisio Ridruejo tuvo que pagar por un orden civil o moral más justo”. Y ese testimonio, la carta de reproche a Gloria de Ros, simboliza mejor que cualquier otro documento esa ruptura que el Ridruejo demócrata quiso oponer al Ridruejo falangista. “Fue un hombre de bien”, dice el hijo. Los compañeros de colegio de este escucharon, como él, cómo se llamaba traidor a Ridruejo. “Y mi padre no fue un traidor, fue un hombre de bien”. En París, en medio de la desolación del exilio, tranquilizó a Gloria, contándole planes: “Terminar las negociaciones españolas comenzadas en Múnich; montar una fabriquita de propaganda y, por de pronto, una revista intelectual; (…) volver a España, incluso clandestinamente, cuando el aparato esté montado en forma”. Era un poeta; las cartas revelan, además, a Ridruejo como padre de familia, vulnerada su esperanza pero incólume su decisión. “Me parecería (…) indecente —incluso ante vosotros— desertar y abandonar el campo”. Era el precio que pagaba, dice Jordi Gracia, y dice su hijo, por resolver las cuentas del Ridruejo que ganó la guerra



http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/24/actualidad/1340571438_857999.html

miércoles, 8 de agosto de 2012

Lecturas al sol (V): DIVISIONARIOS por Jose Luis Orella

Aquella generación de jóvenes españoles que partieron voluntarios a luchar contra el comunismo en 1941

Divisionarios, un testimonio gráfico


José Luis Orella.  El libro Divisionarios. Testimonio gráfico de los combatientes españoles de la wehrmacht, de Pablo Sagarra, Oscar González y Lucas Molina de la Esfera de los libros, es una lectura muy agradable para estos días de verano. En un espléndido formato, trata de la vivencia de aquella generación de jóvenes españoles que partieron voluntarios a luchar contra el comunismo en 1941.
37 de aquellos supervivientes, de diferentes rincones de España y de distintos oficios, nos retratan a través de las entrevistas realizadas, cuales fueron los motivos por los que fueron a combatir, y las experiencias que tuvieron en aquellos lejanos páramos. Los autores, ya curtidos en obras del periodo, han sabido canalizar muy bien las vivencias de estos voluntarios, para que nos resulte una narración verídica, entretenida y apasionante de leer. 
El libro, configurado como un álbum de fotos, reúne de colecciones privadas una serie numerosa de fotos inéditas sobre aquella participación militar española, conocida, pero en la actualidad muy mal explicada por algunos profesionales. 
Esta obra, completa junto a otras de reciente aparición, la verdadera epopeya de unos hombres que fueron a luchar para abatir un sistema totalitario, que fue definitivo cuarenta años después como “el imperio del mal”. Sus experiencias, sus vivencias, anécdotas, su trato con la población rusa, sus diferencias y contradicciones con el apartheid implantado por el régimen nazi en las zonas de ocupación, muestran un frente del Este duro, donde se decidió la Segunda Guerra Mundial, y donde casi cinco mil españoles dejaron su vida en aquel combate. 
Un libro que ayuda a poner luz sobre unos hechos muy enjuiciados, pero menos tratados. Los testimonios de los supervivientes y el testimonio gráfico de las imágenes de sus colecciones privadas son una importante aportación al descubrimiento de la verdad histórica, de lo que fue la última epopeya de los españoles en un conflicto internacional.

El atril de economía del profesor Cansino. Sanidad pública olímpica

Sanidad pública olímpica; por José Manuel Cansino


«La llamada de atención que hizo Boyle al sacar a escena a la sanidad pública justo cuando su supervivencia está fuertemente amenazada por la crisis, convive con la demagogia política»
«El Estado del Bienestar no ha existido siempre y por esa                    razón cabe preguntarse si durará ‘eternamente’»
7 Agosto 12 - - José Manuel Cansino
Si no fuese por lo grave del asunto, este artículo podría recordar a un chiste en el que –pongamos por caso– un británico, un sueco y un español de comienzos del siglo XIX viajan a través del tiempo y se dan de bruces con la reciente ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.

En mitad de su aturdimiento contemplan el espectáculo sobre el que reflexionarán los días posteriores.

Así, ayudados por solícitos intérpretes, se preguntarán por la escena en la que unas señoras uniformadas –enfermeras le aclaran los intérpretes– bailan junto a unas camas de hospital en las que unos niños saltan jubilosamente. Es el homenaje a la sanidad pública que ha querido tributar Danny Boyle, vuelven a aclarar los intérpretes acerca de la escena incluida en el evento por su director.

El británico, el sueco y el español con el rostro demudado en sorpresa se miran y, cada cual en su lengua materna se preguntan, ¿la sanidad qué?

Pública, les aclaran, la sanidad pública. El Estado garantiza la sanidad pública gratuita. Ustedes saben, el Estado del Bienestar, en fin, que si usted enferma, puede acudir a un centro de salud pública y allí le atienden gratuitamente.

La sorpresa ahora es doble. La de los ciudadanos decimonónicos «teletransportados» que no entienden cómo la corona (así se lo han traducido) paga la asistencia sanitaria de todo el mundo, y la de los traductores que no salen de su asombro al contemplar cómo unos tipos se sorprenden ante el hecho cotidiano de que el Estado financie la atención sanitaria.

Charles Wolf aclaraba esta escena en su libro «Mercados o gobiernos. Elegir entre alternativas imperfectas», traducido al español por el Instituto de Estudios Fiscales en 1995.

Wolf explicaba que la demanda de bienes públicos por los ciudadanos tenía un componente diferente de la demanda de bienes privados. La diferencia tal consistía en que los ciudadanos estaban convencidos de que tenían derecho a la asistencia pública, desde la cuna hasta la tumba y que tal derecho era consustancial a su condición de ciudadano.

Sin embargo, no sólo la sanidad sino también la educación pública, la prestación por desempleo o el resto de prestaciones, son aportaciones del siglo XX. El Estado del Bienestar o el estado providencia –los adjetivos nos son inocentes– no ha existido siempre y, por esa razón, cabe preguntarse si durará «eternamente».

Efectivamente y centrándonos en el caso de la sanidad, por ser el caso elegido por Danny Boyle para «su» ceremonia de inauguración, sólo se implantó en el Reino Unido tras el impulso del Informe Beveridge presentado en 1942.

En el caso de Suecia, el origen del Estado del Bienestar se retrotrae a 1918 con la nueva Ley de los Pobres. Finalmente, en el caso de España, la Seguridad Social (sobre la que se desarrolló nuestro actual Sistema Nacional de Salud) arranca sustancialmente en 1938 con el Fuero del Trabajo y continúa en 1963 con la Ley de Bases de la Seguridad Social.

Además, no sólo la sanidad pública universal es una herencia del siglo XX sino que es ideológicamente de origen muy variopinto. Así, en el caso británico, las aportaciones previas del conservador Benjamín Disraeli resultan cruciales para entender cómo se llega al Informe Beveridge. En Suecia, la aludida ley de 1918 fue aprobada por un Gobierno de coalición entre liberales y socialdemócratas.

Por último, la Seguridad Social española hay que atribuirla al sector falangista de Régimen franquista, destacando las figuras de los ministros Pedro González Bueno y José Antonio Girón.
Un relato similar hubiéramos podido hacer si los ciudadanos decimonónicos «teletransportados» a la Londres olímpica, fuesen franceses, antiguos prusianos (hoy alemanes), italianos o irlandeses.

La llamada de atención que hizo Danny Boyle  al sacar a escena olímpica a la sanidad pública justo cuando su supervivencia está fuertemente amenazada por la crisis económica, convive con la demagogia política con la que demasiados políticos se exhiben ante su electorado conscientes de que –como decía Wolf– este entiende que la sanidad pública es consustancial a su condición de ciudadanos.

La sanidad o el conjunto de prestaciones del Estado del Bienestar (terminología anglosajona) o providencia (terminología francesa), como toda obra humana es perecedera. Es cierto que el envejecimiento de la población europea la hace financieramente difícil de sostener. Pero, no es menos cierto, que en el momento de su origen, la II Guerra Mundial se había llevado por delante a millones de ciudadanos en edad laboral y con ellos, reducido la tasa de natalidad de los años venideros.

Sorprende que nadie hable de favorecer la natalidad como política crucial de cualquier país. Quizá porque olvidemos –como dice Wolf– que este «derecho», como cualquier otro, hay que pagarlo y bien gestionarlo si queremos mantenerlo.


José Manuel Cansino
Profesor titular de Economía de la Universidad de Sevilla